Cultura

Las palabras tienen la palabra

No hay dejar que nos domine la edad

Juan Recaredo

Para aquellos a quienes "la edad se nos vino encima", a veces nos parece difícil aceptar que ya estamos en la plenitud de la tercera edad. Pero, digo yo, ¿cuál es el problema? La vida nos ha regalado muchos dones y hay que disfrutar plenamente hasta el último trago del elixir.

Pero si alguien aún así se resiste a aceptarlo, yo le haría una serie de preguntas que acabarán de convencerlo, sea él o ella. Tome usted nota por si quiere usar el cuestionario con sus amigos maduritos:

¿Usted aprendió a escribir con el método Palmer? ¿Coleccionaba discos de 45 y de 78 rpm (revoluciones por minuto)? ¿Usaba Brillantina Glostora o La Parrot? ¿Usaba loción de la marca "Siete Machos"? ¿En su casa había un ropero en cada recámara? ¿Su refrigerador había que descongelarlo periódicamente por el acumulamiento de hielo en el congelador?

¿El teléfono era un armatoste negro que estaba en la sala? ¿La leche se la entregaban a domicilio en frascos de vidrio? ¿Su mamá mandaba sus medias deshiladas a un "hospital de medias" para que las repararan? ¿La misa la oficiaba el sacerdote en latín y de espaldas al pueblo? ¿Su casa tenía un zaguán, o sea, un portón, un patio con árboles y un traspatio?

¿Recuerda cuáles eran los tres movimientos de FAB? (Aclaro que FAB fue uno de los primeros detergentes que hubo en México y su anuncio decía que los 3 movimientos de FAB eran: remoje, exprima y tienda, ésta última era acción del verbo tender, porque había que tender la ropa al sol, ya que no existían las secadoras eléctricas. El problema era cuando inesperadamente llegaba un aguacero y empapaba la ropa que ya estaba casi seca por acción del sol.

Otros productos de moda muy promovidos en la radio eran la Emulsión de Scott, la Pomada de la Campana, el Tricófero de Barry y la loción Aqua Velva para después de afeitarse. Cuando llegó la primera televisión, -en blanco y negro, por supuesto- ¿veía "Mi Bella Genio", "Patrulla de Caminos", "La Novicia Voladora" o "Los Intocables", con el picudo detective Elliot Ness?

¿Usó pantalones acampanados hechos de Terlenka? ¿Su vicio de fumar empezó con cigarros Delicados, Del Prado o Fiesta Suavecitos? Para el sermón, ¿el sacerdote se subía al púlpito? ¿Leía novelas de Corín Tellado o de Ágatha Christie? ¿Oía "Kalimán, el Hombre Increíble", "La Tremenda Corte" y la radionovela "El Derecho de Nacer"?

Hay cientos de síntomas más que le pueden servir para detectar y admitir que ya está (estamos) instalados en la tercera edad. Por lo pronto, si contestó afirmativamente a diez o más de los anteriores, acéptelo, no tiene nada de malo. Total, diga como Neruda, "Confieso que he vivido"… ¿Por cierto, el que dijo eso fue Neruda o Amado Nervo? Bah, qué importa. Si no lo dijo alguno de ellos, lo digo yo.

Escríbale a Don Juan Recaredo:

La dirección de su correo electrónico es [email protected]

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Óscar García. ¿Cómo se conjuga el verbo abolir en tiempo presente?

RESPUESTA:

El verbo abolir es defectivo. Sólo se puede conjugar en ciertos tiempos y personas. En primera persona singular, tiempo presente de indicativo, no.

Y me retiro con este consejo: Aprovecha el día de hoy. Fíate del mañana lo menos posible. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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