Inédito y prolífico es como se recuerda hoy en día al compositor Miguel Bernal Jiménez, quien nació el 16 de febrero de 1910 en Morelia, Michoacán, figura central del movimiento nacionalista de la primera mitad del siglo XX.
Como un homenaje a su legado, se creó en México en julio de 1989 el Festival de Música de Morelia "Miguel Bernal Jiménez", que busca fomentar la difusión y la enseñanza musical con base en el proyecto del ilustre compositor, según se publicó en la página de Internet del encuentro anual.
Además de sus aportaciones al movimiento nacionalista y de ser el máximo representante de la música sacra del siglo XX, Bernal Jiménez también trascendió por el apoyo que ofreció en el ámbito educativo, pues reformó los planes de estudios del Conservatorio de las Rosas.
De acuerdo con la biografía publicada por la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), el organista, compositor, maestro, investigador y director de coros y orquestas mostró sus aptitudes desde temprana edad, a los siete años comenzó su formación musical al formar parte del coro en el Orfeón Pío X.
Felipe Aguilera Ruiz e Ignacio Mier y Arriaga, profesores de Bernal Jiménez, descubrieron su talento y lo recomendaron para ser admitido al Instituto Pontificio de Música Sagrada de Roma, por el Canónigo José María Villaseñor, en 1928.
Una vez aceptado, sus maestros Cesar Dobici, Rafael Manari, Rafael Casimiri, Pablo M. Ferretti, y Licinio Refice, lo instruyeron para ejecutar órgano, contrapunto, fuga y se le adentró en la musicología paleográfica, la composición, la instrumentación, la armonía y el canto gregoriano.
Se graduó con los títulos de Doctor en Canto Gregoriano, Maestro de Composición y Concertista de órgano, para luego, en 1933, regresar a México y desempeñarse durante dos décadas, como director de la Escuela Superior de Música Sagrada de Morelia.
Comprometido con su labor como docente, se esmeró para crear escuelas en Morelia, dar conciertos, cursos y congresos, al mismo tiempo publicó diversos volúmenes, partituras y revistas especializadas, con especial énfasis en la música sacra.
También, fue fundador de la Sociedad Amigos de la Música en 1938, seis años después organizó y dirigió el Coro de los Niños Cantores de Morelia, a partir de 1945 dirigió el Conservatorio de las Rosas, instituto que le debe su actual identidad y fue docente en diversas escuelas internacionales de música.
A lo largo de su trayectoria se relacionó con otros virtuosos de su época como Silvestre Revueltas y Manuel M. Ponce, con este último compartió elementos que definieron el movimiento nacionalista, la mezcla de su música con temas obtenidos de las tradiciones populares, como cantos de trabajo, lemas religiosos y melodías de trampa política.
Dichas características marcaron la mayor parte de la obra de Bernal Jiménez, quien por su educación religiosa y profundo catolicismo, conjugados con su nacionalismo, lo llevaron a encabezar el movimiento conocido como nacionalismo sacro.
El compositor defendió en la música religiosa la aplicación de una tendencia innovadora para reivindicar su supremacía como arte sacro sobre lo profano. Su estilo musical es considerado ecléctico, y con sus creaciones abarca una síntesis de lo mexicano y exponer los elementos de su realidad.
Una de sus creaciones más destacadas es la obra Tata Vasco, que compuso para la conmemoración del 400 aniversario de la llegada del obispo Vasco de Quiroga, la pieza combina melodías indígenas, cantos gregorianos, y melodías románticas para caracterizar cada una de las tres parte involucradas en la historia.
Miguel Bernal Jiménez es autor de 251 obras, entre las que figuran: Ave Gratia Plena, Suite Sinfónica Michoacán, Noche en Morelia, Misa Aeternae Trinitatis, Sonata de iglesia, para órgano, La Virgen que forjó la Patria, Angelus, Misa Guadalupana, Sinfonía-Poema México, Tres cartas a México. Falleció el 26 de julio de 1956, en Guanajuato, víctima de un infarto al corazón.
