Los acusados por los hechos donde murieron 49 internos, son el comisario en jefe de los tres penales, Jesús Fernando Domínguez y la directora del Topo Chico, Gregoria Salazar, a quienes les imputaron los delitos de homicidio calificado y abuso de autoridad. (ARCHIVO)
En una acción inusual, debido a que fue expedita y contra funcionarios estatales, la Procuraduría de Justicia de Nuevo León acusó ayer a dos mandos de alto nivel de la Administración Penitenciaria de ser los autores materiales de la matanza de 49 reos en el Penal del Topo Chico.
Los acusados por los hechos donde murieron 49 internos, son el comisario en jefe de los tres penales, Jesús Fernando Domínguez y la directora del Topo Chico, Gregoria Salazar, a quienes les imputaron los delitos de homicidio calificado y abuso de autoridad. Las acusaciones contra los altos mandos fueron informadas a los funcionarios en una audiencia oral ante el Juez Miguel Eufracio.
El fiscal que integró la averiguación indicó que los acusados favorecieron las condiciones de falta de seguridad que deben dar a los internos, a quienes, además, deben vigilar como parte de sus atribuciones.
El Ministerio Público afirmó que permitieron que los reos estuvieran fuera de sus celdas de noche y de día, y precisó que encontraron que no había candados para las celdas, sin tener restricción de horarios para estar en los patios o afuera de los ambulatorios.
Por separado, el celador José Reyes Hernández fue acusado de homicidio calificado por asesinar de un balazo en la espalda a un reo.
El fiscal lo acusó, con base en testimonios de testigos, de accionar su fusil contra el interno y darle muerte en el patio del área 2 de mujeres.
El último reporte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre las prisiones, elaborado en 2014, indica que el penal alojaba internos que ejercían violencia sobre otros reos por cobros de piso.
