Desesperados. Familiares de los reos del penal reclaman información tras el motín.
Cuerpos irreconocibles fueron trasladados al forense del Hospital Universitario de Nuevo León. Horas antes, a pocos kilómetros, en el interior del centro penitenciario de Topo Chico se libraba una batalla campal que dejó 49 reos muertos, algunos calcinados, con disparos, masacrados.
En las faldas del cerro del Topo Chico, el penal que lleva el mismo nombre se convirtió en un campo de batalla entre dos cárteles rivales, gresca que sorprendió a las autoridades pero que, según versiones de familiares de los presos, era previsible porque, aseguran, la penitenciaría es un hervidero que estaba por explotar.
No sólo las horas previas, sino los días y semanas anteriores al motín en el penal -con sobrepoblación- han sido tensos por el llamado "cobro de piso" y el control de cárteles como "Los Zetas" y del "Golfo", aseguran algunos de los familiares de los presos.
Con angustia, narran las versiones incompletas que les dan las autoridades -mientras esperan afuera de un centro penitenciario sitiado por militares, marinos y federales- y ruegan por que sus parientes no estén en las listas de fallecidos.
La incertidumbre aumenta debido a que el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, "El Bronco", no informó de inmediato sobre la gresca en el penal, ni siquiera en redes sociales, como acostumbra; tardó más de ocho horas en dar a conocer la situación.
Incluso, para algunos se trató de más de 18 horas, lapso en que los familiares fueron carcomidos por la angustia; tanto tiempo y las autoridades no informaban qué había pasado.
Claudia no aguanta más, la desesperación y la impotencia le provocan un desmayo justo frente al edificio del Poder Judicial, aledaño al penal de Topo Chico. Tres miembros de la Cruz Roja y dos de sus familiares la auxilian, le dan esperanza, pero ella presiente que su esposo ha fallecido en el enfrentamiento. "Mi esposo, quiero verlo, ¿por qué no me dejan verlo?", grita desesperada la mujer de unos 40 años, quien no puede llorar más de lo que ha llorado en las últimas horas.
Pero no es el único caso. La Cruz Roja atendió varios desmayos de esposas, madres e hijas de presos que esperaban afuera del centro carcelario, ubicado a unos pasos de la estación Penitenciaria del Metro elevado de Monterrey.
Después de las 18:00 horas de ayer jueves, los familiares de los presos comenzaron a entrar a cuentagotas al penal. Las autoridades alargan el horario de visita para que se pueda constatar que los reos están vivos.
Sin embargo, persistía la zozobra entre los familiares, en su gran mayoría mujeres con hijos, porque a 37 presos -considerados de alta peligrosidad- los trasladaron al penal de Apodaca para evitar otro conflicto. Afuera del anfiteatro del Centro Universitario, el escenario era otro. La desolación en los rostros por los 49 fallecidos estaba iluminada por las luces de las patrullas de la Policía Federal que vigilaban los accesos al inmueble, ubicado apenas a 10 minutos del penal de Topo Chico.
Priscila, hermana de Ismael Salazar, uno de los presos fallecidos, relata que él estaba a un año de cumplir su sentencia de cinco años de prisión. Desesperada, asegura que el cuerpo quedó irreconocible, muestra de la masacre que se vivió en el enfrentamiento en las crujías del C-2 y C-3. Los médicos no se atrevieron a darle un reconocimiento al cien por ciento.
Las autoridades le pidieron que regresara hoy a las 10 de la mañana para que el cuerpo sea sometido a pruebas de ADN. "Mi hermano quedó con el rostro desfigurado, no nos dejaron reconocerlo al cien por ciento", declaró afuera de las instalaciones del Semefo.
Miguel Ángel Gaytán tenía cuatro años en el centro penitenciario, sin sentencia. Fue detenido cuando tenía 19 años, acusado de portar un arma prohibida. En el proceso le atribuyeron la muerte de una persona y robo. Varios de los caídos estaban a punto de quedar en libertad, pero su salida fue a bordo de unidades del Servicio Médico Forense.
El penal fue un portal infernal
Once de la noche, miércoles 10 de febrero de dos mil dieciséis. En el Penal del Topo Chico suelen escucharse gritos o bullas, pero esta vez la duración de ese escándalo duró más de lo esperado.
Para las once y media la intensidad subía de tono. Consignas como: "¡No sean culeros!", emergían de las celdas donde se quemaron colchones y los golpes a portones hacían que el penal pareciera un portal infernal.
Al dar casi las doce de la madrugada, llegaban patrullas de Fuerza Civil a la entrada ubicada al Norte. Era un ir y venir de vehículos oficiales por la colonia Nueva Morelos y Valle del Topo Chico. Como si buscaran reos que lograron escapar.
Más alaridos desde las celdas que asoman al ala norte, cuatro detonaciones, y una movilización que no cesaba de ir y venir, medios locales, nacionales e internacionales llegaban para cubrir la tragedia que más adelante se reveló como una disputa entre dos bandas rivales por el dominio del penal.
A las cuatro de la mañana, familiares de los presos comenzaron a llegar; preguntaron a policías por la situación, mientras los uniformados sólo respondían que nada sabían, y recomendaban esperar las indicaciones oficiales.
Para las siete de la mañana de ayer jueves, más de cuatrocientas personas rodearon las mallas protectoras gritando nombres como: Rafa, Ángel, Alan, Candelario, por mencionar algunos. Voces femeninas, voces masculinas buscaban una respuesta de su familiar tras rejas; pocos obtuvieron respuesta, mientras otros seguían nombrando, sin obtener resultados.
Repentinamente, los familiares se abalanzaban sobre las mallas, en su desesperación, y a su vez, se formaron más de veinte elementos de Fuerza Civil sobre la calle Palacio de Justicia para evitar que los parientes de los internos ingresaran a las instalaciones del penal.
En su mayoría, acudieron mujeres con niños pequeños, algunos en pijamas y sin desayunar. Más de dos mujeres sufrieron un ataque de histeria, y conforme el tiempo pasaba, aumentaba más la desesperación y los llantos.
Entregan 17 cuerpos
El gobierno de Nuevo León informó la noche de este jueves que son 17 los cuerpos que ya han sido entregados a deudos tras la riña en el penal de Topo Chico que dejó un total de 49 muertos.
Sin embargo, minutos después, fue retirado de la cuenta de Facebook de la entidad el video en donde el procurador daba la información, así como el tuit del gobierno estatal en donde está la liga a dicho material.
En el video, el procurador Roberto Flores Treviño informaba además de la apertura de siete carpetas de investigación relacionadas con el enfrentamiento y dijo también que 15 agentes del Ministerio Público laboran en el caso.
Hasta este momento, el gobierno del estado no ha vuelto a publicar la información.
CRONOLOGÍA
FEBRERO 10
*3:30 horas. Inicia una riña en el penal entre internos de las áreas C-2 y C-3, por disputas entre bandas rivales.
FEBRERO 11
*1:30 horas. El gobierno estatal toma el control del reclusorio y a esa hora comienzan a llegar fuerzas federales para controlar el motín.
*8:00 horas. Emite la primera declaración el gobernador Jaime Rodríguez Calderón a través de Twitter. En éste repite la información del área de comunicación del estado en el que señala que cerca de las 08:00 horas el gabinete de Seguridad ofrecerá un primer reporte.
*9:15 horas. "El Bronco" encabeza una conferencia, con su gabinete, en la que informa que el saldo de la agresión fue de 52 muertos y 12 heridos, cinco de ellos de gravedad. Difunden la lista de los lesionados.
*1:00 horas. El gobierno del estado da a conocer la identidad de 20 muertos durante la gresca.
*7:00 horas. Rectifican el número de muertos; señalan que son 49, cinco fueron calcinados. Las autoridades identificaron a 40. De los cinco lesionados graves, uno sigue sin ser identificado.
*8:35 horas. Renato Sales Heredia, comisionado nacional de Seguridad, asegura que no se trató de una lucha de bandas rivales, sino entre dos personas pertenecientes al grupo criminal "Los Zetas"; uno ingresó en noviembre de 2015 y el otro tenía varios años en el penal.
