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La escalera

FEDERICO REYES HEROLES

Viene a cultivar una de las mayores reservas de católicos, sin duda. Viene a dejar mensajes sobre violencia, migración, minorías (indígenas en particular), también. Viene a hacer evidente la distancia frente a ciertas jerarquías de su iglesia en México, viene a refrendar el nuevo estilo de sencillez y franqueza. Si, a eso y más viene Francisco, pero antes está la escala.

Algunos lo nombran el Gran Cisma, sin más. Otros agregan de Oriente y Occidente. En 1054, hace casi mil años, el cristianismo se dividió entre Oriente y Occidente. Separaciones y excomuniones mutuas conformaron dos corrientes con una misma raíz, pero con rumbos y estrategias muy diferentes. Occidente iría por un Papa en la cúspide de una jerarquía vertical y severa. Oriente construiría una organización más horizontal con decenas de patriarcas encargados de la conducción de iglesias autocéfalas en las distintas naciones. Fue el inicio de una separación muy costosa para ambas partes.

Las diferencias doctrinales y de costumbres se volvieron profundas. Occidente recurrió con cierta regularidad centenaria a los Concilios, (21) quizá facilitados por poder central. Los Concilios buscan precisamente la renovación de la doctrina. Oriente en contraste cayó en cierta parálisis, sólo 7 concilios. David E. Duncan narra en un excelente texto -El Calendario- como las cambiantes formas de medir el tiempo siempre han desnudado la apertura y capacidad de adaptación de las comunidades. Así mientras los ortodoxos optaron por el calendario Juliano, sin importarles el desfase de la Pascua frente a los judíos y frente a Roma, Occidente de inmediato brincó al gregoriano. Curiosamente los ortodoxos permiten el matrimonio de cierto tipo de clérigos, mientras que el Vaticano huye de la discusión. Santorales, calendarios litúrgicos o interpretaciones teológicas como la de la Inmaculada Concepción, fueron ensanchando la brecha. Quedan pocos santos aceptados por ambos mundos.

La estética también los diferenció. La prohibición de los volúmenes plásticos en la liturgia ortodoxa llevó al fantástico desarrollo de los dos planos. Los fantásticos íconos se convirtieron en la carta de presentación de Oriente. La música sacra también retrata dos visiones. Al no aceptar instrumentos en las ceremonias, sólo la voz, los ortodoxos provocaron un caudal de sonidos. Pero el canto gregoriano pertenece a la tradición occidental. La belleza, complejidad y duración de las ceremonias ortodoxas contrastan con los intentos por aligerar los ritos de Occidente. Los ortodoxos no admiten órdenes o congregaciones sin las cuales es difícil explicar a Occidente.

El tema es apasionante, un clásico al respecto Mircea Eliade en su historia de las religiones. Pero Francisco no viaja para escribir tratados. Viene a México en labor pastoral y política. Al caminar por los territorios de la doctrina incide en la moral, en la ética, en la política. Francisco decidió encontrarse con el patriarca de la iglesia Ortodoxa Rusa. Rusia es formalmente laico, pero las propias autoridades reconocen a la ortodoxia como la religión predominante que abraza a 140 millones de seres humanos. Si bien es cierto que los ortodoxos se manejan entre iglesias como primos internares, algunos pares pesan más que otros.

El Patriarca de Constantinopla es considerado el líder formal honorario de 300 millones de ortodoxos repartidos en todo el mundo, pero en Constantinopla solo hay 3.5 millones de seguidores. Los ortodoxos tienen una implantación notable, minoritaria casi siempre, pero extensa. Serbia, 11 millones; Rumania con 20 millones; Bulgaria, 8 millones; Grecia, 10 millones; Chipre 650 mil; Polonia, 600 mil; Albania 400 mil. Aunque con cifras menores, pero también están presentes en Estados Unidos (1 millón) o Canadá. La multiplicación de las iglesias es asombrosa y preocupante, pues cada una pelea por un fuerte rango de autonomía. Cómo conservar unidad doctrinal es el reto.

Los acercamientos entre el Vaticano y los ortodoxos llevan ya algunos años. Ello podría inscribirse en la convicción relativamente reciente de que, más allá de las diferencias, hay puntos de acuerdo obligado como la paz y el rechazo a la violencia y la guerra. Pero Francisco y Cirilo enfrentan una situación terrible: la persecución de cristianos en Oriente Medio. Los incidentes han sido muchos, el más reciente el 2 de este mes en el cual yihadistas sometieron a latigazos y crucifixiones a quienes rechazaron la "reeducación". Allí están las notas; hace unos días Boko Haram quemó vivos a varios niños en el norte de Nigeria. El horror.

En territorio neutral, el Caribe, en el aeropuerto de La Habana, Oriente y Occidente se reencuentran para luchar por la vida de los nuevos herejes, esa aberración que no muere. Unas horas para una gran escala.

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Escrito en: Federico Reyes Heroles

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