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Marcela Pámanes

Recién me he enterado que existe el “Blue monday”. Resulta que la Universidad de Cardiff en Reino Unido determinó desde 2005 que el tercer lunes de enero es el día más triste del año. ¿Cómo llegaron a esa conclusión? Cruzaron una serie de variables para obtener una fórmula que toma en cuenta clima, salario, cuentas por pagar, propósitos de año nuevo fallidos, distancia que hay con la Navidad, etcétera. Este estudio tuvo un patrocinador dedicado a la venta de viajes que aprovechó la coyuntura para promover sus productos.

¿Usted cree que ese día en particular es realmente el más triste del año? Creo que somos tan susceptibles a lo que nos dicen que sin chistar terminamos creyéndolo o por lo menos considerándolo, sin embargo, creo que es hasta cierto punto razonable pensar que la fórmula matemática que determinó el “Blue monday” tiene mucho sentido

Por lógica, si existe el día más triste del año, debe existir también el día más alegre del año y así es, el mismo psicólogo que dirigió el equipo de trabajo que determinó que existía el día más triste, trabajó para ubicar el día más feliz y lo hizo ligando las variables de naturaleza y memorias positivas, a partir de lo cual considera que el viernes más cercano al solsticio de verano es el día más feliz.

Las personas pensamos que lo más indeseable en la vida es la tristeza y aspiramos a ser felices el mayor tiempo posible, ninguna de las dos ideas es precisa. La tristeza no es tan mala y la eterna felicidad no es tan buena. Partamos de la idea fundamental de que no podemos conocer una sin la otra, como no podemos separar el hambre de la saciedad, el día de la noche, o el amor y el odio.

Motivos para estar tistes sobran, ahora mismo, la crisis económica y la sensación de pérdida adquisitiva puede ser un motivo compartido por muchos, las rapacerías de la clase policía, la sensación de injusticia que permea, los proyectos fallidos, las rupturas amorosas, en tanto que los motivos de felicidad a veces no alcanzamos a verlos con claridad.

¿Tenemos un pensamiento negativo por naturaleza? No, lo que sí existe es una formación cultural arraigada en la familia y en la sociedad de ver con más facilidad lo malo que lo bueno, empezando por el juicio que hacemos de nosotros mismos, cuando nos vemos al espejo es más fácil que encontremos los defectos que las cualidades, dejamos llegar con mucha facilidad la negatividad. Tendríamos que valorar el daño que nos hacemos cuando no somos capaces de atrapar esas ideas negativas que nos conducen a estados de ánimo indeseables. Porque hay que diferenciar entre tristeza y negatividad, se puede estar muy triste y al mismo tiempo ser positivo.

He leído muchas recomendaciones para llegar a ser felices, van desde lo académico hasta lo francamente esotérico. Harvard recomienda una serie de disciplinas: hacer ejercicio, desayunar, agradecer, ser asertivo, viajar, enfrentar los retos, ser amable, saludar a las personas, usar zapatos cómodos, cuidar la postura, escuchar música, comer bien, arreglarse y sentirse atractivo, creer en Dios.

Hay otras recomendaciones dadas por Luminita Saviuc que tienen que ver con evitar ciertas conductas: renunciar a tener siempre razón, renunciar al control, dejar atrás la culpa, evitar el diálogo interno que nos conduce a la auto-derrota, revisar las creencias limitantes, dejar de quejarse, no criticar, no juzgar, no querer impresionar a nadie, ser siempre tú, aceptar el cambio como parte de la vida, hacer de lado los miedos, olvidarnos de las excusas, vivir el presente, desapegarse, vivir la vida sin que las expectativas de los demás influyan.

El papa Francisco ha compartido un decálogo para la felicidad: vivir y dejar vivir, brindarse a los demás, moverse con remanso, practicar una sana cultura de ocio, compartir los domingos con la familia, ayudar a los jóvenes a conseguir un empleo digno, respetar y cuidar de la naturaleza, no hacer proselitismo religioso, olvidarse pronto de lo malo, buscar activamente la paz.

Sea cual sea el camino que sigas para ser feliz, síguelo con convicción, con la idea del merecimiento, con la certeza de que a este mundo llegamos a trabajar la paz interior que nos permite gozar la sensación de felicidad.

Twitter: @mpamanes

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