Cultura

CERVANTES, 400 AÑOS

LA CULTURA LITERARIA DE MIGUEL DE CERVANTES

CERVANTES, 400 AÑOS

CERVANTES, 400 AÑOS

EL SIGLO DE TORREÓN

El 8 de mayo de 1905 en "solemne fiesta académica", don Marcelino Menéndez y Pelayo leyó en el paraninfo de la Universidad Central de Madrid una conferencia memorable. La tituló "Cultura literaria de Miguel de Cervantes y elaboración del Quijote". Fue el año en que "la obra más excelsa del ingenio nacional español", el "libro inmortal", como lo llama el erudito santanderino, cumplió el tercer centenario de su publicación.

En lo concerniente a la cultural general -y específicamente literaria- del autor de El Quijote, Menéndez y Pelayo dice: "Que Cervantes fue hombre de mucha lectura no podrá negarlo quien haya tenido trato familiar con sus obras". En otro pasaje de su docta conferencia apunta que "todas las obras de Cervantes, aun las más débiles bajo otros aspectos, prueban una cultura muy sólida y un admirable buen sentido".

En resumen, "pudo Cervantes no cursar escuelas universitarias, y todo induce a creer que así fue; de seguro no recibió grados en ellas; carecía sin duda de la vastísima y universal erudición de Don Francisco de Quevedo", pero que fue un hombre de extensas lecturas, conocedor del idioma español como pocos, agudo observador de la realidad, profundo y a la vez sencillo en sus reflexiones, de todo ello tampoco hay duda.

En la elaboración de El Quijote, su autor tuvo como fuente principalísima de inspiración la observación del diario vivir y de la forma de ver las cosas de la gente de su época. Por ello, Menéndez y Pelayo sostiene que "la sabiduría popular…derrama en el Quijote prodigiosamente sus tesoros, y hace del libro inmortal uno de los mayores monumentos folklóricos".

Ahora bien, por lo que hace al estilo literario de Cervantes, don Marcelino le encuentra un precursor: "Ningún prosista antiguo ni moderno -dice- ha influido (influyó) tanto en el estilo de Cervantes como (Juan) Boccaccio ('padre indisputable de la novela moderna'). Sus contemporáneos lo sabían perfectamente; con el nombre de Boccaccio español lo saludó Tirso de Molina, atendiendo no a la ejemplaridad de sus narraciones, sino a la forma exquisita de ellas".

Aunque buen cuidado tuvo Menéndez y Pelayo de precisar que "en general, puede decirse que la influencia (de Boccaccio)…fue puramente formal y ni siquiera trascendió a la prosa familiar, en la que (Cervantes) es incomparablemente original, sino a la que podemos llamar prosa de aparato, alarde y bizarría".

Menéndez y Pelayo dedicó buena parte de su maratónica disertación a demostrar que El Quijote no contó entre sus precursores, "si los tuvo", según "comúnmente se le asignan", a la novela picaresca, muy popular aún en los tiempos de Cervantes, ni a las novelas sentimentales y pastoriles, así como tampoco a las obras seudohistóricas, como las de Alejandro Dumas y las del español Fernández y González. Bueno, ni siquiera a los libros de caballerías, ya pasados de moda en la época de Cervantes, si bien el Quijote es "en parte antítesis, en parte parodia, en parte prolongación y complemento de ellos", aunque quizá más bien deba clasificársele como "el último de los libros de caballerías, el definitivo y perfecto".

Por último, vale la pena apuntar que Menéndez y Pelayo sale en férrea defensa del príncipe de los ingenios españoles, en contra de "algunos singulares cervantistas de última hora, para quienes la apoteosis del Quijote implica el vilipendio de toda la literatura española y hasta de la propia persona de Cervantes, a quien declaran incapaz de comprender toda la trascendencia y valor de su obra, tratándole poco menos que como un idiota de genio que acertó por casualidad en un momento de su vida". Increíble tanta ceguera y mezquindad.

Leer más de Cultura

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Cultura

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

CERVANTES, 400 AÑOS

Clasificados

ID: 1186943

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx