"Aguantar no hay de otra", dice Ezequiel Moreno Castor, quien junto a su esposa e hijos, soportó las bajas temperaturas que se registraron durante las primeras horas de ayer, así como los fuertes vientos que casi terminan por derribar su humilde vivienda, en la colonia Valle la Rosita, ubicada en la periferia de Torreón.
Su casa es un jacal que levantó hace más de dos meses, con pedazos de madera vieja, cartón, hules y retazos de lonas, en un terreno que invadió con la esperanza que algún día obtener las escrituras y así lograr un patrimonio para sus hijos.
Para evitar que el viento se "llevara" su hogar, Ezequiel se les ingenió para que su jacal se mantuviera firme y soportara las fuertes ráfagas que azotaron la región desde el sábado y que se prologaron hasta el domingo. Fueron unos gruesos lazos, los que colocó en el frágil techo de tablas, lonas y hule, en los que amarró pedazos de block para evitar que se levantara y quedaran expuestos a las bajas temperaturas.
"Es nuestra cobija la lumbre y el sol", dice Ezequiel, a los pies de las cenizas que quedaron de la fogata que prendió desde la noche del domingo y que por la mañana de ayer encendió otra vez, para lograr que sus cuerpos se mantuvieran calientes. "La prendemos afuera, adentro corremos el riesgo de que prenda la casa, bueno el jacal", dice.
Aunque el aire los tomó por sorpresa, sólo bastaron un par de horas para que colocara las sogas y los blocks. Algunas vecinas como Ana, dicen que "la casa se movía de un lado para otro", dice ahora con emoción, pero reconoce que tuvo miedo de perder su humilde hogar.
En casa de Ezequiel sucedió lo mismo, pero por fortuna se mantuvo intacto el jacal, en donde habitan su esposa y sus tres hijos adolescentes.
Además de la fogata, para aminorar las bajas temperaturas, dice que todos durmieron juntos, "ahora que estuvo fuerte el frío, la más chica durmió con nosotros, y el mayor en la otra cama, mi otra hija está con mi mamá desde el 24 en las Julietas", cuenta el padre de familia.
Es así como la familia Moreno enfrenta los estragos ocasionados por el Frente Frío y la quinta tormenta invernal, pues Ezequiel no tiene trabajo, es albañil pero por el momento junta material reciclable para obtener unos pesos para llevar de comer a casa.
Ellos como el resto de sus vecinos esperan que algún día llegue apoyo por parte de las autoridades de cualquier nivel, ya sea con una cobija o despensas, pues aseguran que nunca han puesto un pie en dicho sector de su colonia.
Temporada. Ezequiel reforzó su jacalito con sogas con las que amarró blocks para evitar que el techo volara con los fuertes vientos. (GUADALUPE MIRANDA)
