Kirk Cousins completó 31 de 46 pases para 365 yardas. (AP)
Pieles Rojas de Washington (8-7) "mató dos pájaros de un tiro" con su victoria de 38-24 sobre Águilas de Filadelfia (6-9), al conseguir tanto la victoria número 600 en su historia como el título de la División Este de la Conferencia Nacional.
El Lincoln Financial Field de esta ciudad fue testigo de la victoria "piel roja", en juego por la semana 16 y penúltima de la NFL, que le dio a los visitantes el banderín de su división, sin importar lo que haga este domingo Gigantes de Nueva York (6-8) ante Vikingos de Minnesota (9-5).
El quarterbak Kirk Cousins fue el gran artífice de la victoria capitalina, al conectar cuatro pases en la "zona prometida", dos con el ala cerrada Jordan Reed en el primer cuarto, de 22 y 12 yardas; con el corredor Chris Thompson, de 12 en el tercero, y con el receptor Pierre Garcon, de 13 en el cuarto.
A sabiendas de que se jugaba el título divisional y quizá hasta el boleto a postemporada, Filadelfia abrió el encuentro a tambor batiente y se puso adelante en el tanteador con una relampagueante serie ofensiva, que en tan sólo 2:52 minutos puso en las diagonales al corredor Ryan Matthews, con acarreo de una yarda.
La inesperada enjundia de los "emplumados" tomó por sorpresa a Washington, que no llegó a la "zona prometida", sino hasta su segunda serie ofensiva.
La dupla Cousins/Reed entró en ritmo y minutos más tarde volvió a combinarse con un envío corto del primero casi al centro del campo, donde el segundo dejó atrás la cobertura y aprovechó el espacio cedido por la defensa local, para convertirlo en anotación de 12 yardas.
La primera mitad terminó con una nota tragicómica, luego que en primera y gol, con seis segundos en el reloj y en la yarda seis de Filadelfia, se esperaba que Cousins azotara el balón para permitir la entrada de Hopkins para patear un gol de campo.
Sin embargo, en un terrible momento de desconcentración, el pasador hincó la rodilla en el suelo, con lo que la jugada terminó, pero permitió que el reloj siguiera corriendo, con lo que Washington se fue en blanco.
En la segunda mitad, Washington se dedicó a aumentar la diferencia a su favor.
