Siglo Nuevo

Benito Taibo

“Cada vez que nos sumergimos al libro es como si nos pusiéramos la capa del superhéroe, como si nos bebiéramos el elixir de la magia, como si tuviéramos en la mano la espada del que se revela contra lo establecido”

Benito Taibo

Benito Taibo

Yohan Uribe Jiménez

Julián ha luchado contra el aburrimiento de todas las maneras posibles. Desde que le diagnosticaron hepatitis, ha recreado en su cabeza conversaciones imaginarias entre ostras que no tienen nada que hacer, ha buscado formas fantasiosas en las manchas de la pared, ha lanzado mocos al aire. Pero es feliz porque no tiene que ir a la escuela. Y por nada del mundo se acercará a los libros: no leerá, no escribirá reportes, no pensará en la tarea. ¡Por supuesto que no!

Por su parte, Isa no se detendrá hasta encontrar a las heroínas de la literatura que le ayuden a demostrar que para celebrar sus 15 años no es necesario que haga dieta y se ponga un vestido que jamás volverá a usar. Pero en estas páginas también aparecen ágiles espadachines, monjes detectives, replicantes muy humanos y niños perdidos en islas desiertas que saben bien que leer es una forma de resistir.

Periodista, poeta y ferviente promotor de la lectura. Divertido, apasionado, irreverente, entregado y obsesivo, su producción literaria inició como poeta joven con Siete primeros poemas (1976), Vivos y suicidas (1978), Recetas para el desastre (1987) y De la función social de las gitanas (2002); para continuar como novelista con Polvo (Planeta, 2010), Persona normal (Destino, 2011; Booket, 2012), Querido Escorpión (Planeta, 2013), Desde mi muro (Planeta, 2014) y en coautoría con Francisco Martín Moreno, Alejandro Rosas y Eugenio Aguirre: Los conspiradores y las vergüenzas de México (Planeta, 2014).

¿Por qué hacer del lector el protagonista de una historia?

Porque yo solo soy un lector y como lector me asumo, en ese sentido lo que quería hacer es justo un homenaje a los lectores, sobre todo a las diversas formas de leer, de como nos acercamos al libro. Por eso, a partir de pronombres personales (yo, tú, él, ellas, nosotros) busco esas formas en las que nos acercamos al libro y a la lectura. De ahí surge Julián, que es ese chico al que han obligado a leer y por lo cual está a punto de odiar para siempre en su vida los libros, en otra parte está Isa, una muchacha que está buscando referente en las heroínas de la literatura para encontrarse a sí misma, está otro personaje que no tiene nombre, pero que se sumerge en los libros y se convierte en un protagonista de lo que está leyendo y muchos otros que de alguna manera son afectado por el libro y la lectura.

Yo siempre he dicho que considero al libro como ese instrumento civilizador por excelencia, ese creador de tejido social, esa amalgama que une los ladrillos de lo que construirá la ciudadanía y por lo tanto sigo insistiendo; leer es resistir, por eso vuelvo a poner sobre la mesa un libro sobre todo para que los chicos jóvenes intenten verse reflejados, sus sueños, sus anhelos sus esperanzas y también incluso las frustraciones terribles de nuestro tiempo banal y violento.

¿Hay en cada personaje un alter ego de Benito?

Sin lugar a dudas, también yo estoy reflejado en el libro porque soy lector, en ese sentido, mis propias experiencias de lectura están ahí volcadas, de alguna u otra manera reflejadas en la historia, puestas en el papel. Pero a pesar de tantos acercamientos al libro, hay tantas lecturas como lectores existen, hay más lecturas que libros, un libro puede ser leído de múltiples maneras y nunca tendrá el mismo significado para esos que lo leen, porque lo leen a partir de su experiencia personal, su educación sentimental, su bagaje cultural, su forma de de ver al mundo y a las cosas, también mi visión está ahí reflejada, pero insisto ese libro es para los lectores, para que intenten encontrar una suerte de otredad, el reflejo de su mirada puesto en en esas páginas.

¿Cómo ves la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015?

Curiosamente en la propia encuesta se refleja que son los maestros los principales promotores de la lectura en este país, lo cual me da un gusto enorme, yo creo en las diversas formas de acercase al libro, por ejemplo, el sistema educativo mexicano no estaba diseñado para incentivar la lectura por placer, estaba creado para incentivar la lectura en búsqueda del conocimiento y el aprendizaje, nunca nadie les explicó a los chicos que leer implicaba otra manera de ver el mundo, que no sólo servia para aprender y pasar la materia, sino que ahí estaban las pasiones humanas, que ahí se encontraban el amor, el odio, la venganza, la forma en la que late nuestro corazón, el sabor de nuestras lagrimas, el olor de la pólvora en el campo de batalla, la sensación de la sabana que nos cubre cuando sucede el amor; y como nadie nos lo explicó, siempre había una suerte de atavismo cultural acerca del libro, era visto como un objeto cultural imprescindible sin lugar a dudas, pero que servía para solo para aprender, pero en un momento se descubre que tiene todas esas otras virtudes.

¿Te parece real la cifra de que los mexicanos leen 5.3 libros al año?

No, yo creo que leemos mucho más, porque cuentan mal, hay 40 millones de pobres que no leen porque ni siquiera tienen para comer, entonces si los descuentas el 5.3 se convierte en 8.4 o más, somos un país de lectores, cada ves estamos leyendo más, claro los que tenemos acceso a los libros. Los jóvenes están en espera de que les recomendemos buenas historia. Mi público ha cambiado, eso me gusta y me sorprende, yo mismo he cambiado y lo agradezco.

¿Siempre tuviste clara tu vocación por los libros?

A los 13 años, después de pasar una hepatitis me volví lector, porque mi padre me empezó acercar los libros cariñosamente, sin problemas, los ponía en la mesita de mi cama y yo los tomaba para leerlos sin que de por medio hubiera una calificación, un reporte. A los 13 y pico me acerqué y le dije: “papá ya sé qué quiero ser en la vida”, entonces me miró así cómo mira cualquier padre a un hijo de 13 años y me preguntó: “¿Qué quieres ser?”. “Quiero ser lector”, respondí. Y me dijo: “De eso no se puede vivir”. Me fui sacadisímo de onda a mi cuarto, pero regresé y le dije: “Quiero ser escritor”. Me volvió a mirar y me dijo: “De eso tampoco se puede vivir”. Sin embargo eso es lo que soy, un lector que un día decidió dar el salto al vacío y empezar a escribir, pero en realidad soy un lector.

¿Por qué crees que existe la literatura?

Fernando Pesoa, el excepcional poeta portugués, decía que la literatura existe porque el mundo no basta y para eso sirve el libro, para demostrar que el mundo no basta, que las cosas que nos pasan alrededor no bastan, que necesitamos otros acercamientos a la fantasía que a la vez nos vayan acercando a la realidad, por lo tanto el libro es un elemento transformador de sociedades y de personas.

¿Tiene el libro la capacidad de cambiar el mundo?

Un libro no cambia el mundo, pero el niño que lee el libro sí lo puede cambiar; ese niño, ese lector sí tiene la capacidad de cambiar al mundo, así que por interpósita persona, el libro al cual de le han dotado de cualidades intrínsecas inexistentes, sí tiene esa capacidad de cambiar, porque lo que contiene es ideas, que muchas veces son peligrosas, quiero decir, por ejemplo, Hitler que era un muy buen lector, cuando se dio cuenta del poder del libro mandó a quemarlos; los libros son los peores enemigos de los regímenes totalitarios verticales, de las dictaduras, de aquellos que piensan que los pensamientos deben ser homogéneos, de aquellos que creen que el orden y el progreso avanzan por la vía del garrote en la cabeza, por lo tanto no hay nada más peligroso en el mundo que un lector, si un individuo es peligroso, el lector es doblemente peligroso.

Está última novela es muy actual...

Hago un montón de guiños, visibles e invisibles, porque de eso se trata, no pretendo hacer literatura didáctica o de autoayuda, intento retar al que está ahí, del otro lado, a que encuentre ciertas claves, ciertas maneras de ver, al que está preñado de alguna manera de ideologías, uno solo puede ser un escritor de su tiempo en el sentido que te tienes que fijar también a la realidad, no sólo a las emociones sino a lo real, por decirlo muy materialistamente, en ese sentido lo que pretendo es que esos chicos que leen, se vean reflejados y vean reflejado simultáneamente el entorno, que sepan que el aquí, el ahora, el hoy, con todo lo bueno y lo malo, existe.

¿Existe una cofradía de lectores, esos que llaman raros?

Yo la llamo la democrática república de los lectores, es cierto, nos ven como seres raros, pero somos seres insensibles de muchas maneras, cada vez que nos sumergimos al libro es como si nos pusiéramos la capa del superhéroe, como si nos bebiéramos el elixir de la magia, como si tuviéramos en la mano la espada del que se revela contra lo establecido, por lo tanto, pasar de esa virtualidad que provoca la lectura a la realidad que nos abruma, hay sólo una paso, insisto, no hay nada más peligro que un lector y los lectores cada vez somos más y cada vez somos más críticos, de la sociedad y de los tiempos banales y violentos que nos toca vivir.

¿Crees qué que también ha cambiado la forma de promover la lectura, por ejemplo ahora con los Booktubers?

Absolutamente. Yo creo que hoy se lee más que nunca en nuestra historia reciente, en nuestra historia del siglo XX y XXI, y ha sido en gran medida gracias a estos chicos, que sin subirse a la casita de jabón a pontificar a nadie, lo logran haciendo lo que Gutenberg desde que democratizó el libro con ese maravilloso invento que logró que no fuera una cosa exclusiva para príncipes, obispos y ricos; lo hacen de boca en boca, hoy está ampliada por esa bocina espectacular llamada internet, redes sociales, que llega a miles de personas, estos chicos me parecen geniales, me parece que están haciendo un trabajo imprescindible, hacen que hoy se lea más que nunca y esto en gran medida es por ellos.

¿Fue complicada la ruta en esta novela colectiva?

Yo siempre sé dónde empiezan las novelas que escribo, pero nunca sé dónde terminan porque en cuanto empiezo los personajes cobran una extraña vida y hacen lo que se les antoja, y es cierto, no creo un mapa, no hago un río y voy siguiendo sus afluentes, más bien sé quiénes son, sé cómo hablan, sé cómo va a empezar y luego dejo que las cosas vayan caminando al vertiginoso o lento ritmo que merezcan, y haciendo que surjan por sí mismas las historiaras que a partir de que van siendo contadas se van hilando de una manera maravillosa, solas, la mayor parte del tiempo solas.

Twitter: @uyohan

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