Columnas Social

Hablemos sobre 'lonches'

Dr. Sergio Antonio Corona Páez

En la gastronomía regional, como lo hemos planteado anteriormente, existe una gran variedad de "comida rápida" que es típica en la región. Están las gorditas rellenas, las hamburguesas, los "tortillones", los tacos de trompo. Y debemos añadir, a pesar de su nombre -abominable anglicismo castellanizado- a los "lonches", versión lagunera de las "tortas" del resto del país. El nombre, muy probablemente, se remonta a la era de la convivencia de los laguneros con los empleados angloparlantes del ferrocarril. No sería una hipótesis descabellada plantear que dichos empleados se comían una o dos tortas por "lunch" (comida del mediodía) y que los lugareños hayan asociado la torta con el término "lunch".

Cuando pensamos en los lonches, nos viene a la mente el clásico lonche de carnitas de puerco, el de aguacate, o el lonche mixto, de carnitas con aguacate, elaborado con "pan francés", también muy característico de la región, aunque de hecho los hay de carnes frías y de queso. Por lo que se refiere al pan francés, en 1928 la Compañía Harinera de Torreón La Alianza, S.A. publicitaba su marca Panadero, harina "de gran fuerza, especial para la elaboración de pan francés y de caja". El pan francés ya era tradicional en esa época. Desde sus orígenes, los lonches son ofrecidos en restaurantes establecidos, en "tabaretes" (estanquillos) en vehículos automotrices o de pedal, o bien, en simples canastas portadas por vendedores ambulantes de a pie. Los mejor establecidos hacen publicidad impresa, pero la gran mayoría, no.

En cuanto a los lonches, en 1926 se consideraba "acreditada" en el gusto popular la lonchería La Poblana en Morelos 1209, junto al Hotel Plaza. Otra "gran lonchería" igualmente acreditada en 1928 era La Mexicana, en Múzquiz 303, y que en 1930 se cambió a su nuevo local en Valdés Carrillo 217 sur, entre Juárez y Morelos. En 1930 se publicitaba el Balneario y Merendero Raymundo, junto al Río Nazas. Se invitaba a la sociedad lagunera a ver llegar el agua del río y a consumir lonches, entre otras cosas. En esa época, el precio de un lonche era de diez centavos, cuando el salario mínimo de los peones agrícolas era de $1.00. En los años cuarenta, la Empacadora de Carnes El Toro -en calle Rodríguez 317 sur- vendía, entre otras cosas, lonches a $ 20 el ciento, es decir, veinte centavos por pieza. En los años sesenta, la lonchería Ordaz -en Juárez y Acuña- ofrecía lonches de aguacate o de carnitas de puerco, a $1.50 la pieza. En 1982, la Lonchería Coahuila (inaugurada en 1952) ofrecía lonches "gigantes" a $30 c/u. Muchos loncheros crecieron y pusieron sucursales en distintos sitios de la ciudad, creando pequeñas cadenas comerciales. Don Paco, Don Jaime, La Blanquita son casos muy representativos. Otros tienen fama y cuentan con una abundante clientela, como El Sabrosito, en Escobedo y González Ortega. En fin, sería imposible enumerar todos los comercios y comerciantes que confeccionan lonches en La Laguna, algunos con mucha fama y tradición. Este cronista reconoce, como muchísimos otros laguneros, que ha sido consumidor de estos deliciosos lonches. Mención especial merecen en mi memoria los lonches de don Manuel en la preparatoria Carlos Pereyra (finales de los años sesenta) elaborados con pan francés, mortadela, repollo, mayonesa, mostaza y salsa tipo Valentina.

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