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También podría valer la pena

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Menuda sorpresa nos propinó el Congreso de Coahuila con la grandísima novedad que ahora las amantes, segundas o terceras o las que sean, podrán tener la posibilidad de contar con pensión alimenticia vía judicial si logran comprobar la dependencia económica de su pareja.

Hay que hacer mención que junto a esta excéntrica novedad legislativa, el sumiso Congreso local hizo más modificaciones al código de familia que ciertamente son actualizaciones positivas de la realidad que se vive, pero esta puntada de la pensión eclipsa todas las nuevas disposiciones que realmente protegen a los miembros de familias que tienen una posición vulnerable dentro del propio núcleo familiar.

Se está tornando cada vez más clara la proclividad del gobernador del Estado, Rubén Moreira Valdez, de estar actualizando y modificando el marco regulatorio estatal, particularmente en lo que se refiere a la esfera civil.

En Coahuila ya está totalmente regularizado el matrimonio igualitario, eufemismo para no llamarlo matrimonio de personas del mismo sexo, porque eso de igualitario, ¿qué un hombre y una mujer no son iguales ante la ley? A veces no hay congruencia a la hora de fijar las nomenclaturas de las figuras jurídicas.

Aparejado en el dichoso matrimonio "igualitario" en Coahuila se abrió la puerta para las adopciones de infantes por parejas homosexuales, siendo esto una modalidad "vanguardista". Sin embargo, vale la pena señalar también que en este estado se legisló para instaurar el divorcio incausado, figura que libera a todos aquellos que quieran disolver el vínculo legal que los ata a otra persona, pero que no los deslinda de sus responsabilidades pecuniarias para con los hijos dependientes y hasta para fijar la pensión. En términos llanos, nadie debe ser sujeto a la fuerza del matrimonio, sin que esto signifique que sus deberes no prevalezcan.

De igual modo, dentro de la función modernizadora, Rubén Moreira ordenó a sus diputados pasar la Ley de Desaparecidos, condenando en dado caso al empleador, a pagar un salario por un empleado que simplemente desaparece, es decir, un empleado sencillamente puede esconderse y la familia de éste puede exigir en el lugar del trabajo del escondido, que les tienen que seguir pagando. Así de arbitrario para los generadores de empleo es esta particular ley en Coahuila.

Quizá un tema aparte merece la Ley Antitaurina que también ha sido expedida por los diputados coahuilenses, que basados en el legítimo precepto de evitar el aparentemente (yo creo que sí existe, basta escucharlos bufar a los toros cuando son atravesados por el estoque) maltrato animal, expidieron una normatividad para prohibir las corridas de toros en el estado, pero en la misma ley no se prohibió el maltrato que sufren los animales en las charreadas o peleas de gallos. No hay congruencia nuevamente, aunque es evidente que particularmente esta ley tiene dedicatoria a Armando Guadiana, empresario taurino que divulgó que tiene aspiraciones de ser el próximo gobernador de Coahuila, y con eso bastó para que le hicieran una ley en contra.

Esta pequeña recopilación de algunas de las innovaciones en la legislación coahuilense intenta ahondar en la premisa que ciertamente el gobernador tiene interés en que el estado que gobierna tenga leyes que se apeguen a su criterio personalísimo, porque es evidente la obsesión de don Rubén de que los coahuilenses y particularmente las familias coahuilenses, se rijan de acuerdo a sus ideas que por la naturaleza de lo que tratan, siempre serán polémicas.

Aun así no es sencillo entender, por más vanguardista que se jacte, el razonamiento del mandatario estatal para crear el supuesto donde se pueda condenar a una esposa (o a un esposo) coahuilense engañada a compartir una pensión con la amante de su marido.

¿Por qué una o un amante que alevosamente entabla una relación con una persona casada pueda quitarle dinero al engañado?

Qué bueno en realidad y aunque se tenga resistencia, el interés y el trabajo que el señor gobernador pone para modernizar el marco civil en el estado, aunque a veces una porción importante de sus gobernados no esté de acuerdo. Al final del día para eso es la democracia, para que las mayorías se impongan a través del voto sin violar los derechos de las minorías.

Hay quienes ya señalan que estas leyes -como las que abren la puerta para figuras como la pensión para las amantes- son distractores para que la población piense en otras cosas y no en los principales problemas del estado.

Tal vez sea el caso. Lo curioso de todo es que también en este estado de vanguardia legislativa, no se tengan los elementos para tener a una sola persona en la cárcel por el robo de la deuda irregular que se contrajo para Coahuila. Quizá legislar en ese tema también podría valer la pena.

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