Sí, ya lo he dicho y escrito en más de una ocasión en estas imágenes semanales en los últimos dos años, me apasiona leer, meterme en medio del devenir de las ideas, los sueños, las certezas y creencias de los más disímbolos autores es uno de los grandes placeres intelectuales del ser humano, el charlar con hombres y mujeres a pesar del tiempo, la distancia e incluso de la coincidencia histórica, es más que gratificante.
Me fascina enfrentarme a un grupo de páginas, a una línea inicial, a esa secuencia mágica de fonemas que van dibujando con sus sonidos en mi mente las más variadas aventuras y saberes. Es por lo dicho que al leer la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura publicada recientemente, no pude evitar el compartir algunos datos que me parecen interesantes, y que una lectura de ellos nos puede arrojar mucha luz sobre el pensamiento y las acciones de nosotros los mexicanos, vaya pues la danza de datos.
En México la lectura -esto según los datos aportados por la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015, elaborada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta)- es la quinta actividad favorita para pasar el tiempo libre que tenemos los mexicanos, debajo de una apabullante preferencia por la televisión y su basura, el deporte -esto quizá en respuesta a ese nada honroso primer lugar mundial en obesidad-, la convivencia con familiares y amigos, y el escuchar música; y sorprendentemente por encima de navegar en la Internet -hecho que aún no tengo claro si me es placentero o no-. Todo esto en la población de jóvenes entre 12 y 29 años de edad. Datos que fueron presentados el lunes 9 de noviembre por Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta.
Los que leemos en México solemos leer libros (57.3%), periódicos (55%), redes sociales (44.9%), revistas (38%), sitios web (25.2%), historietas y cómics (16.6%), blogs (13.4%). De estos lectores mexicanos, quienes leen libros, el 86.6% de ellos lo hacen en textos impresos contra un 3.3% que lo hace en formato digital y un 10.1% que lo hace en ambos formatos; la lectura preferida de los lectores en México son periódicos y revistas, que juntos suman el 96% de los lectores. Cabe señalar que los lectores hemos sido motivados por padres de familia (43.8%) y profesores (60.5%); y uno de cada tres padres llevaron a sus hijos a eventos, talleres y espacios culturales.
Ante la pregunta por qué leemos libros, las respuestas son: por entretenimiento (44.3%), para estudiar (30.5%), para informarme (11.8%), para trabajar (11.2%), porque leo a mis hijos (10.9%) -respuesta en lo particular que me parece extraordinaria, ojalá y ésta creciera más-. Pero en sentido contrario, las excusas para no leer son: por falta de tiempo (79.9%), porque nos da flojera (21.3%), porque no nos gusta (14.6%), preferimos otras actividades (12.3%), por cansancio (11.5%).
En México, leemos 5.3 libros al año, de los cuales 3.5 de ellos es por gusto y el restante 1.8 es por necesidad; este dato nos coloca en un segundo lugar con respecto a los países latinoamericanos -nada de que vanagloriarnos en verdad-, sólo después de Chile en donde se leen 5.4 libros al año y por encima de Argentina, Brasil y Colombia, donde se leen 4.6, 4 y 2.2 libros al año respectivamente, pero muy por debajo de Finlandia con 47 libros al año.
Otro de los datos que arroja la encuesta es sobre los libros más leídos en el último año, estando en primer lugar La Biblia, seguido por Cincuenta sombras de Grey de la autora británica E. L. James, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, Crepúsculo de Stephenie Meyer, Juventud en éxtasis de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Bajo la misma estrella, novela escrita por John Green, Caballero de la armadura oxidada, novela del escritor estadounidense Robert Fisher, Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra y El diario de Ana Frank. Los 10 temas que más leemos en México se encuentran: novelas, religión, cuento, historia, poesía, recetarios, juvenil, libros de texto, científicos y autoayuda.
La encuesta arroja las siguientes conclusiones: Se registra una diversificación en los materiales y formatos de lectura. Se lee más; el principal motivo de lectura en México es el entretenimiento; las plataformas y formatos digitales cada vez tienen más preferencia en la lectura; el estímulo de padres y maestros en la infancia es un factor importante en la formación de lectores -he aquí mi caso en particular, hecho que no dejaré de agradecer nunca a mis padres y profesores-; garantizar el acceso al libro es fundamental.
De todo lo dicho, me quedo con ese quinto lugar en que se coloca la lectura y con la esperanza -o el deseo- utópica de que algún día podamos sacar de la lista a la televisión. Cierro aquí esta columna para continuar con mis lecturas.
