Conversaciones con Dios
Les mandé un Estado poblado de ángeles humanos.
Y ¿en que lo convirtieron? En una sociedad civil poblada de demonios humanos, en viles traficantes de terror.
El Estado democrático, el verdadero Estado democrático, no tiene necesidad de religión para su perfección.
Cuando ya no haya religiones privilegiadas, la religión habrá dejado de existir.
Habrá cesado la incesante pesadilla.
Antes del Estado de Israel; los musulmanes y los judíos, eran hermanos, pertenecían a las fronteras del mundo cristiano.
Ahora se vaticina un politicidio. Donde el asesinato de una nación está a mano de todos.
No es que Israel, Francia, Estados Unidos, no quieran la paz, todo el mundo la quiere, hasta Hitler la quería.
Pero la pregunta es. ¿Bajo qué condiciones?
Se le debería de recordar al mundo, ese que hoy está en silencio, el famoso juramento post-nazi. “ya nunca más”.
Los que se preocupan por el destino de los palestinos, de los judíos, o de los cristianos, no deberían de emprender acciones que los perjudiquen.
Misma Francia en su declaración de los derechos del hombre en 1791 decía, que nadie debe ser inquietado por sus opiniones, incluidas las religiosas.
Después ellos mismos proclamaban que a los judíos debería de vérseles como individuos, mas no como nación, pasa lo mismo ahora con el estado musulmán.
En su justificación para su defensa, me encuentro con un principio anulador. “nosotros somos nosotros, ellos son ellos”.
La desobediencia radical es un lujo que la autoridad no tolera. En 2006 hubo un error de conducta.
Los palestinos votaron mal, y éste es un grave delito, según los estándares occidentales.
Había que recuperar por la fuerza lo que se perdió en las urnas. Esto puede significar la muerte de una nación.
En el fondo, la conquista no sólo es el origen, es también el fin supremo de todos los Estados.
Soy musulmán, pero dicen que soy terrorista. Confío. ¿Tú confías en mí? Ya no sé ni quién soy ni qué pienso, todo el mundo quiere a los ganadores.
El miraj buraq está listo.
El único juez para esto, será sólo su conciencia. Nosotros hagamos nuestro trabajo, nuestra labor no se perderá, nada se pierde en este mundo.
Así habló un cristiano, un judío, un musulmán, el Estado y Dios.
Armando Fernández,
Comarca Lagunera.
