Medalla Belisario
Cuántos significados encierra el hecho de otorgar la Medalla Belisario Domínguez al Sr. Alberto Bailleres. Se supone que ese galardón se entrega para quien ha realizado acciones que ayuden, enaltezcan u honren a México. La fundamentación sostenida por el PAN y el PRI fue ver en el galardonado: valores, actitudes y logros en el terreno empresarial. Bailleres es dueño de más de 2 millones de hectáreas para extraer minerales preciosos, dueño de Peñoles, y muchas otras negociaciones a cual más de exitosas. Es cierto que ha dado empleo a muchos mexicanos, ellos son trabajadores del sólido imperio empresarial de Bailleres.
Aparte del primer plano, es necesario considerar los apoyos en que se funda la riqueza de este señor. Tal cantidad de tierras sólo las puede tener aquel que ha sido consentido, protegido y favorecido por el gobierno. Además, tácitamente se está reconociendo el “gran valor” de la riqueza, misma que se ha conseguido gracias a la actitud proteccionista, monopolista y dispensadora del gobierno a favor de Bailleres. En un país de desiguales, este señor representa todo lo contrario de los mexicanos comunes. Premio a la riqueza, premio al que logra amasar la segunda fortuna mexicana. En un país con tantos pobres, desempleados, tianguistas e informales el premiar al que está en la cúspide resulta insultante para quienes no lo han logrado ni lo lograrán nunca. ¿No sería más merecedor del premio Carlos Slim, tomando en cuenta los criterios que le reconocen a Bailleres? Quién será el que sigue. Exagerando un poco pensaríamos que ¡“El Chapo” Guzmán!
Plena decadencia para la inteligencia, la razón, la política y camarilla oligárquica del gobierno. ¿En qué tanto emula el galardonado tan siquiera un ápice de quien diera el nombre a la medalla Belisario Domínguez? ¿Qué dio empleos? ¿Pero quién le dio a él la tremenda plataforma de exclusividades para amasar gracias a los indispensables empleados la fortuna que tiene?
La verdad, resulta contrariante, el saber que sólo la fortuna cuenta para los senadores; el reconocer a quien tiene exclusividades muy particulares en este país, mismas que son igual que en el caso de Slim, prebendas y privilegios “exclusivísimos”.
Miguel Ángel Hernández,
Torreón, Coahuila.
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Retrato
Con lo ocurrido en el mundo a algunos nos da por reconocer lo vulnerables que somos como individuos e, incluso, como sociedad.
Solemos tener demasiada fe y ego depositados en lo que somos, cuando en realidad debiéramos entender que de proyectos no pasamos.
La barbarie debiera llevarnos a comprender que tenemos mucho por hacer para desarrollarnos realmente hasta donde queremos, y que el tiempo que nos reste no depende de nosotros.
Natalia Rodríguez,
Comarca Lagunera.
