El obispo de la Diócesis de Saltillo, Fray Raúl Vera López, dijo que la legalización de la marihuana no es la solución para terminar con la violencia que se vive en el país ni el verdadero problema sino que el tema de las adicciones va más allá en el contexto social pues habla de una sociedad desquebrajada.
Advirtió que en Coahuila hacen falta más centros para adictos y más seguridad de parte del estado para estos centros debido a que el crimen organizado ha cerrado algunas casas que operaban en contra de las adicciones.
Recordó que en Coahuila había la centro contra las adicciones llamado Mejores Caminos, mismo que tuvo que cerrar sus puertas debido a presiones de parte del crimen organizado.
"Teníamos un centro muy bueno, Mejores Caminos, lo grave es que como puede hacer lo que quieran, el crimen organizado puede hacer lo que le dé la gana, mientras tengamos el gobierno que tenemos el crimen organizado puede hacer y deshacer y es a una de las cosas que de dedicaron a hacer, se tuvo que cerrar la casa Mejores Caminos, como van a ver bien una casa que lucha contra las adicciones" comentó el obispo.
Señaló que el tema de las adicciones va mucho más allá y tiene un trasfondo pues se habla de la enajenación de las personas.
Recordó que la gente necesita enajenarse para olvidar de los problemas lo cual habla de un contexto social pues recordó que actualmente los padres de familia se ausentan la mayor parte dejando a los hijos solos lo que genera que salgan a la calle y caigan en las adicciones.
"El tema de las adicciones es un tema más profundo es un tema de sentido de vida, es un tema de descuido de los jóvenes y la sociedad es un tema de la enajenación que da una adicción, es algo mucho más profundo y serio, que tú liberas la marihuana y van a inventar otra cosa ya tienen el crac y ya tienen montón de cosas, el ansia de dinero no se va a acabar ni se va a acabar el tema de tráfico de drogas sólo porque se legalice la marihuana, yo creo que es una cosa que tiene que entenderse, el tema de la legalización de la marihuana no va a resolver un problema mucho más grave que es el sentido de la vida que tiene la gente", señaló el obispo.
"Tenemos que pensar más seriamente en por qué la gente necesita enajenarse, para mí es un tema en el que no me he metido porque sé que el tema no es ése, va más allá" aseguró.
Señaló que ha conocido a diversos presos que han señalado que tuvieron su primer contacto con las drogas y el crimen organizado desde los 4 y 6 años de edad y eso habla de una sociedad carente de valores.
