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Bronquitis

Sin lugar a dudas…

Patricio de la Fuente
"Ayúdenme. Échenme la mano. No voy a poder solo. No soy Superman, no soy Santa Claus. No me dejen solo. Se los pido".

— Jaime Rodríguez

Un discurso duro, atípico, que se salió de los cánones políticos acostumbrados. Ni Vicente Fox en sus tiempos y con la retórica característica, rompió así con el sistema comenzado el sexenio. Grandes esperanzas pero posteriormente, Fox fue comparsa que se dejó mover al vaivén de las olas.

"Romper para estabilizar" decía José López Portillo refiriéndose a la necesidad de distanciarse sutilmente de su antecesor, pero Jaime Rodríguez, El Bronco, de plano se le fue a la yugular, sin ambages, a un saliente Rodrigo Medina.

Medina no se despidió y huyó por la puerta trasera tras oír a El Bronco. Fue lapidario, particularmente en varios momentos. Y bueno, pues Rodrigo se lo ganó a pulso:

"Se le acabó la fiesta a los bandidos". "Tengo tantos hermanos que no caben en el recinto. No busquen a ninguno. Por ahí no habrá contratos ni dinero". ¡Chan chan!

Ahora, querido lector, falta ejecutar el plan de gobierno e informarle al ciudadano de qué va el meollo. Por lo menos en la toma de posesión, vimos mucho circo, pero faltó sustancia, fondo y forma.

La emoción es entendible, obvio el bono democrático y respaldo a nivel nacional. Sin embargo, para que no nos desilusionemos como con Fox, urge ejecutar proyectos, planear estratégicamente y hacer amarres a todos los niveles, incluido el Gobierno Federal y de ser posible, con Enrique Peña Nieto.

Ante todo, templanza y sensatez a la hora de gobernar y en lo que a nosotros la opinión pública respecta, no sobredimensionar la esperanza ni crearnos falsas expectativas. Las frases pegadoras y el discurso estridente nos sirven en la campaña, y hasta ahí…

Porque así es la política, de alianzas que beneficien a los ciudadanos, pero sobre todo de resultados que se puedan medir y cuantificar. Eso lo sabe Jaime Rodríguez, quien la tiene muy complicada si bien supo aprovechar una confabulación de factores y coyunturas que obraron a su favor. Ahora debe probarse en la cancha.

Respecto al mensaje de inicio, Ciro Gómez Leyva hizo un análisis fuerte en su columna. No le dio mucha tregua al nobel mandatario, y le asiste la razón en ciertas cosas, en plantear dudas que muchos tenemos pero que pocos externamos ahorita en plena luna de miel con el nuevo gobernador y su personalidad arrolladora.

Escribió: "¿Qué propuso El Bronco? Propuestas, propuestas, nada. A falta de un programa, ofreció un prontuario, un copy and paste de ética pública con lemas marquistas, hits de la primavera, lugares comunes, y más lugares comunes".

También rescato un texto León Krauze, gran tipo y mejor periodista, pues nos unen coincidencias de nuestra generación, en la treintena, víctima de crisis recurrentes y malos gobiernos.

"Aspiro, eso sí, a un relevo relativamente joven que sepa canalizar el descontento actual y, crucialmente, a entender y a encarnar las aspiraciones de un universo de juventud que jamás se ha visto representado por la clase política del país", opina.

Debemos apoyar a El Bronco y darle el beneficio de la duda, pero con cautela. Como Santo Tomás, "hasta no ver no creer". Lo que sí percibo es a una ciudadanía empoderada y vigilante, deseosa de participar.

Habla Krauze de la necesidad de un cambio de generación en la política. Tiene razón. Y es que el propio presidente Peña es un hombre joven atrapado por símbolos, arquetipos y apreciaciones equivocadas, inherentes a un sistema caduco y muy viejo que no funciona del todo bien.

Mucha suerte a Jaime. La va a necesitar…

Nos leemos en Twitter y nos vemos en Periscope, sin lugar a dudas @patoloquasto

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