Choques. Varios sindicalistas se enfrentan con la policía durante una manifestación celebrada en Bruselas, Bélgica.
Una protesta contra la política económica del gobierno belga de centro-derecha concluyó ayer con fuertes enfrentamientos entre la policía y manifestantes en las calles del centro de Bruselas.
Según la prensa local, unas 200 personas identificadas como anarquistas, vestidas de negro y con el rostro encubierto, lanzaron ladrillos contra las fuerzas del orden, que respondieron con cañones de agua y bombas de gas lacrimógeno.
Al menos un policía fue herido en la cabeza y tres manifestantes fueron detenidos.
Las autoridades estiman que más de 80 mil personas respondieron al llamado a la protesta lanzado por los principales sindicatos del país, que dan cuenta, por su parte, de unos 100 mil participantes.
Entre las principales críticas al gobierno se incluyen la suspensión de la indexación salarial, el aumento del impuesto sobre la electricidad y el recorte en las prestaciones sociales.
"Desde hace un año, las medidas adoptadas por el gobierno sólo afectan a los trabajadores, los jubilados, las personas que necesitan ayudas sociales para vivir y los jóvenes que suponen el futuro de este país", achacó la Federación General del Trabajo de Bélgica (FGTB).
Los sindicalistas también criticaron el sistema fiscal belga por "beneficiar únicamente a las grandes empresas y al capital" y sostienen que "sí existen alternativas".
