Recuerdo. Guillermo Peña participó en la marcha del 2 de octubre de 1968.
Entre los participantes de la manifestación organizada ayer en Torreón por estudiantes para conmemorar el 47 aniversario de la Matanza de Tlatelolco, sobresalían tres personas: Martha Elba Rodríguez Cortés, de 67 años; Guillermo Peña, de 68; y Manuel Loera, de 67 años.
Mientras se retiraban, recordaban la experiencia que tuvieron en aquellos años. -Pues tú lo viviste Guillermo- dice Martha Elba.
"El 2 de octubre de 1968 pensaba llevar a mis dos hermanos menores a la manifestación, ya había hecho el plan, pero me arrepentí, no sé por qué, puro instinto. Llegué directo a la manifestación, pero nunca me di cuenta que había soldados. Yo acostumbraba siempre irme hasta mero atrás. Me fui a donde estaba la Iglesia de las Tres Culturas, dentro de la explanada me paré y vi todo el movimiento. Habló un compañero y luego habló una compañera. La primera cosa rara de que me di cuenta fue cuando oí gritos y volteé hacia el puente que me quedaba atrás y vi que toda la gente que estaba ahí, nos gritaba que corriéramos, pero yo dije -si nadie corre, porqué vamos a correr- entonces seguí escuchando a la compañera y en eso, volvieron a gritar ¡córranle, córranle! Voltee hacia el edifico de Relaciones Exteriores y de ahí salió una luz de bengala, me cayó a un lado. En ese momento volví la mirada al puente y vi a unos soldados que estaban bajando, estaban brincando el puente y venían sobre nosotros. Corrí rumbo al edificio Chihuahua, caminé a la izquierda y fue mi suerte porque del lado había un parque y ahí estaban los malditos asesinos de la Policía Secreta, estaban matando a la gente. Cuando llegué a la entrada del Chihuahua, gritaron unos compañeros ¡están agarrando a los compañeros del Consejo, vamos a rescatarlos! Yo dije -pues vamos-, entonces cuando subieron los primeros, les dispararon. Cayeron y me fui al edificio que estaba a la izquierda del Chihuahua. Ahí había puras mujeres y niños. Al edificio entró un soldado, le dijimos que si podíamos salir, dio la orden -salgan- pero nadie quiso salir. Se me quedó muy grabada una señora chaparrita gordita que traía a un niño de la mano y que fue la primera que salió, y todos esperamos a que se perdiera entre los edificios para salir. Cuando vimos que no le dispararon, ahí aprovechamos todos".
No sé por qué no nos atacaron, yo digo que hay soldados buenos y soldados malos, los que nos estaban atacando eran los que estaban en el edificio Chihuahua, los del Batallón Olimpia, los soldados jóvenes, cuando el soldado les dijo -ábranse- les dijeron a la gente que saliera. No sé cuántos muertos hubo, no miraba nada más que la forma de salir de ahí, lo que sí sé es que va a volver a suceder, como sucedió en Ayotiznapa, porque a nadie castigaron, no hubo justicia, al contrario, ahí andan (en el Gobierno) y si no andan ellos, andan sus hijos".