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A nadie castigaron, ¡no hubo justicia!

GUILLERMO PEÑA NARRA SU PARTICIPACIÓN EN LA MARCHA DEL 2 DE OCTUBRE

EDITH GONZÁLEZ

Entre el contingente de la manifestación organizada ayer en Torreón, por estudiantes, para conmemorar el 47 aniversario de la Matanza de Tlatelolco, sobresalían tres personas: Martha Elba Rodríguez Cortés, de 67 años; Guillermo Peña, de 68 años y Manuel Loera de 67 años.

Cuando se retiraban platicaban sobre la experiencia que tuvieron en aquellos años. -Pues tu lo viviste Guillermo- dice Martha Elba.

-Efectivamente a mi me tocó vivirlo- respondió Peña lo que atrapó la atención de varias personas que escuchamos, sin querer, la plática.

-¿Usted es un sobreviviente de la Matanza de Tlatelolco?, pregunté. -Sí responde- y empieza la narración.

Guillermo Peña es originario de Francisco I. Madero, sin embargo, en 1950 su familia emigró a Veracruz orillada por la sequía y posteriormente al DF.

"Estudiaba primero en Chapingo, pero era externo. Todos los días me iba de la Ciudad de México a Chapingo, entraba a las 9 de la mañana para salir a las 10 de la noche, corría para alcanzar los camiones de regreso a casa, siempre tomaba los últimos. Le dije a mi papá -No puedo, voy a hacer examen en la UNAM- y se enojó conmigo. Cuando yo estaba preparando el examen, estudiaba toda la mañana y en la noche salía a caminar. En una de esas caminé por toda la Cuauhtémoc y llegue al Reloj Chino cuando se estaban agarrando a trancazos estudiantes con granaderos y yo me metí a favor de los estudiantes y ahí me hice amigo de varios compañeros. Ahí empecé a agarrar conciencia. El 2 de Octubre de 1968, pensaba llevar a mis dos hermanos menores a la manifestación, ya había hecho el plan, pero me arrepentí, no sé por qué, puro instinto. Llegué directo a la manifestación, pero nunca me di cuenta que había soldados. Yo acostumbraba siempre irme hasta mero atrás. Me fui a donde estaba la Iglesia de las Tres Culturas, dentro de la explanada me paré y vi todo el movimiento. Habló un compañero y luego habló una compañera. La primera cosa rara que me di cuenta fue cuando oí gritos y volteé hacia el puente que me quedaba atrás y vi que toda la gente que estaba ahí, nos gritaba que corriéramos, pero yo dije -Si nadie corre, por qué vamos a correr- entonces seguí escuchando a la compañera y en eso, volvieron a gritar ¡córranle, córranle! Voltee hacia el edifico de Relaciones Exteriores y de ahí salió una luz de bengala, me cayó a un lado. En ese momento volví la mirada al puente y vi a unos soldados que estaban bajando, estaban brincando el puente y venían sobre nosotros. Corrí rumbo al edificio Chihuahua caminé a la izquierda y fue mi suerte porque del lado había un parque y ahí estaban los malditos asesinos de la Policía Secreta, estaban matando a la gente. Cuando llegué a la entrada del Chihuahua, gritaron unos compañeros ¡Están agarrando a los compañeros del Consejo, vamos a rescatarlos! Yo dije -pues vamos-, entonces cuando subieron los primeros, les dispararon. Cayeron y me fui al edificio que estaba a la izquierda, del Chihuahua. Ahí había puras mujeres y niños. Ahí vi una escalera al fondo que daba a los sótanos. Bajé y pensé, pues nomás que no me den los balazos, pero me entró pánico, me desesperé y me salí. No podíamos salir porque unos soldados jóvenes estaban atrás de unos arbustos. Empecé a subir las escaleras del edificio. Subí el primer piso había un balazo, en el segundo eran más balazos y en el tercer piso parecía coladera y me regresé. Cuando bajé me encontré a dos compañeros que me preguntaron ¿qué hacemos?- en eso vi que venía un soldado con una pistola calibre .45 en la mano y les dije -Vengan- ahora lo pienso y digo -él fácilmente nos hubiera matado- pero no lo hizo. Le dije -Oiga oficial, ¿por qué no deja salir a esa gente, mire, son puras mujeres y niños?-Cuando me volteó a ver dije -ya nos va a matar- no nos dijo nada. El soldado dio la orden -salgan- pero nadie quiso salir. Se me quedó muy grabada una señora chaparrita, gordita, que traía a un niño de la mano y que fue la primera que salió, y todos esperamos a que se perdiera entre los edificios para salir. Cuando vimos que no le dispararon, aprovechamos todos. No sé por qué no nos atacaron, yo digo que hay soldados buenos y soldados malos, los que nos estaban atacando eran los que estaban en el edificio Chihuahua, los del Batallón Olimpia, y éstos, los soldados jóvenes, cuando el soldado les dijo -ábranse- le dijeron a la gente que saliera. No sé cuántos muertos hubo, no miraba nada más que la forma de salir de ahí, lo que si sé es que va a volver a suceder, como sucedió lo de Ayotzinapa, porque a nadie castigaron, no hubo justicia, al contrario ahí andan (en el gobierno) y si no andan ellos, andan sus hijos".

"No sé por qué no nos atacaron, yo digo que hay soldados buenos y soldados malos”. — GUILLERMO PEÑA, Sobreviviente

Hasta el momento se desconoce el número de muertos en la masacre de 1968. Como dijo Guillermo Peña, a nadie se ha enjuiciado por ese crimen.

Sobreviviente. Guillermo Peña participó en el mitin del 2 de Octubre de 1968, en Tlatelolco. (EDITH GONZÁLEZ)

Sobreviviente. Guillermo Peña participó en el mitin del 2 de Octubre de 1968, en Tlatelolco. (EDITH GONZÁLEZ)

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Escrito en: 2 de octubre Tlatelolco matanza de Tlatelolco

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Sobreviviente. Guillermo Peña participó en el mitin del 2 de Octubre de 1968, en Tlatelolco. (EDITH GONZÁLEZ)

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