"Que nunca te falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar a donde ir y alguien a quien querer".
Soy un adulto más que mayor (73 años), quien desde hace más de una década me he convertido en un "adicto" a las carreras pedestres, y como ya tengo pocas participaciones por delante, trato de aprovechar las más que me sean posible y que se llevan a cabo en toda la Comarca Lagunera, pues veo que nada es para siempre. Como en todo, hay un principio y un fin y veo que este último ya se aproxima.
Tuve, o mejor dicho, tengo la satisfacción de haber participado en cuatro maratones (2006, 2007, 2008 y 2009); en el segundo, caí tetanizado de mis miembros inferiores entre el kilómetro 36 y 37, me repuse, pero ya no continué adelante; dicen que no hay "un si hubiera".
Pocos días después, me dije y me dijeron que caminando "hubiera" llegado a la meta, pero no fue así: me dí por vencido, me di por derrotado. En dos de ellos mi tiempo fue superior a seis horas, así es que ya no aparecí en la lista periodística de los que lo lograron en menos de este tiempo; en uno de ellos, en el del 2009, dedicado a mi padre que en ese año "hubiera" celebrado el centenario de su natalicio, lo concluí en poco más de cinco horas y cuarenta y cinco minutos, y en esa ocasión, mi nombre sí apareció en la interminable lista de los que hicimos menos de seis horas, que es el tiempo oficial para este gran evento.
Después de estas experiencias inolvidables que marcaron mi vida como deportista, quedé más que satisfecho y orgulloso, así ya nadie podía platicarme de todas las emociones que se viven al realizar esta gran hazaña, que he leído que todo individuo, hombre y mujer, debería vivir al menos una vez en su vida, y viene a mi memoria esa máxima de Pubilio, filósofo latino, que dice: "Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta", y es cierto, cuántas hazañas estamos en posibilidades de llevar a cabo, de realizar con éxito si al menos lo intentáramos, que no queden en nuestra mente nuestros proyectos.
A partir de ese entonces, 2009, me concreté a participar en medios maratones como kilometraje máximo y carreras de cinco, diez y hasta doce kilómetros, que es la que año tras año se efectúa de Torreón a Lerdo, aunque allá por el 20l2, realicé en solitario un recorrido de 36 kilómetros, que es la distancia que hay entre la población de Nueva Rosita y Cd. Melchor Múzquiz, en el norte de nuestro estado.
Después, el TIEMPO, esa acumulación de años que se convierten en décadas y que hace lo que tan sólo el Dios Cronos sabe hacer con magistral actitud: arrasa con todo, pero lo que también sabe hacer con gran sabiduría, disfrutamos de la inocencia de la niñez, llevarnos a vivir una hermosa juventud, etapa que es tan fugaz e incierta, llevarnos de la mano por esta interesante etapa de la edad adulta temprana y de pronto, de una forma más que despiadada y cruel, y como se dice: "en un abrir y cerrar de ojos", plantarnos en la etapa de la vida que sabiamente la han dado por llamar del adulto mayor, y pocos años después, si nos va bien, traspasar los dinteles hacia la ancianidad cuando se rebasan los ochenta años de edad, la novena etapa de la vida, para llevarnos paulatinamente, inevitablemente, al final de la vida, misma que depende de nuestro libre albedrío si la hicimos o no productiva, dejando una huella de nuestro paso por ella y/o bien pasar tristemente al olvido sin son y sin gloria.
"Eres mayor cuando tu agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir mañana, pasado mañana o la semana que viene. Eres viejo cuando tu agenda está en blanco y sólo
Vives pensando en el ayer".
Una de las tantas enseñanzas que hemos aprendido a través de estos años dedicados al deporte del "running", es ser honesto, no hacer trampa al no recorrer la distancia a la que fuimos inscritos; afortunadamente, cada vez se están efectuando más carreras donde hay para dos distancias, generalmente, para 5 y 10 kilómetros, aun cuando ya las hay donde se pueden realizar por relevos, dándonos así a muchos deportistas de "lento caminar", participar en ellas.
Como ejemplo, menciono la que hasta hace cosa de dos años, se realizaba en tan solo una modalidad: la carrera de 24 kilómetros Bermejillo-Mapimí; después, se agregaron la modalidad de equipos de tres para que cada uno realizara una distancia de ocho kilómetros, de igual forma, tenemos un medio maratón de Saltillo donde también existe la modalidad de tres por equipo y que todavía se lleva a cabo hasta el pasado junio.
"No temas correr despacio, teme quedarte quieto".
Tal vez, en todas y cada una de las actividades, tanto deportivas como de otra índole, debe estar precedida con honestidad; podemos engañar a medio mundo, pero no así a nosotros mismos, todos recordamos que hubo un personaje de la vida pública que en un maratón internacional llevado a cabo en un país europeo, hizo la deshonesta actitud de no recorrer por completo los 42.2 kilómetros en que participaba, quedando en los primeros lugares de los que llegaron a la meta; como siempre, todo salió a la luz, y a partir de entonces, no realizar todo el recorrido en una carrera es sinónimo de dar o hacer "un madrazo", cosa que vivimos en esta ciudad en uno de los tantos maratones Lala hace varios años.
Si bien es cierto que como corredores recreativos o elites, debe existir la honestidad y/o bien la ética del participante, también considero que es justo y a la vez un deber de honestidad de los organizadores que las carreras cumplan con exactitud con la distancia que anuncian en la carrera. Viene a colación este comentario porque con los avances de la tecnología no se justifica que sea de más o de menos la distancia señalada. En la más reciente carrera, (20-09-15), los que participamos tan sólo en la de cinco, no sé si sucedería lo mismo en la de doce kilómetros, vimos con frustración, tristeza y sorpresa, que tan sólo habíamos recorrido, en mi caso, 4.37 kilómetros, faltando así un recorrido de más de seiscientos metros que de inmediato nos damos cuenta por el tiempo que realizamos y a la vez confirmamos con el cronómetro de nuestros celulares, que nos marcan con exactitud no tan sólo la distancia y el tiempo empleado, sino otros datos más, y que no concuerda a lo que acostumbramos realizar.
Comentando con algunos otros participantes que vivieron la misma experiencia, concluimos que es preferible que sean unos metros de más a que sean de menos. Ejemplo reciente es la carrera de la semana anterior (13-09-15) donde la distancia, en lo personal, fue de 190 metros más a los cinco kilómetros señalados, y seguro estoy que no hubo participante que haya protestado por esos metros de más, sin embargo, en esta ocasión, SÍ hubo descontento y desencanto por la distancia que nos faltó, un recorrido de más de medio kilómetro.
Septiembre del 20l5
