En la actualidad, el tequila que consumimos, pasa por un proceso de destilación que trajeron los españoles a su llegada a México. (ARCHIVO)
Relacionar culturalmente una bebida histórica y emblemática con México, enseguida remite al tequila; y es que por su calidad de producción y sus orígenes, este se ha convertido en una tradición nacional, muy apropiada para celebrar, con moderación, las fiestas patrias del mes que corre.
VERSIONES SOBRE SU ORIGEN
Existe una historia que nació en el lugar que lleva el mismo nombre “Tequila” en Jalisco, México; se cuenta que hace varios siglos, indígenas de la zona se refugiaron en una cueva para cubrirse de una fuerte lluvia que caía en campos de agaves.
Algunos rayos cayeron justo en las plantas quemándolas, provocando que los almidones se convirtieran en miel, cuando la tormenta terminó, un aroma agradable llegó a los habitantes, así que se acercaron a probarlo, descubriendo así el uso de los agaves.
Días después se dieron cuenta que de esa “miel” salían burbujas, separaron el líquido de ellas y se lo tomaron, de inmediato empezaron a cambiar de personalidad por lo que lo consideraron un regalo de los dioses.
A partir de ahí los indígenas comenzaron a consumir tequila sólo por jerarcas y curas de iglesia en eventos religiosos y festejos de la comunidad.
EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad, el tequila que consumimos, pasa por un proceso de destilación que trajeron los españoles a su llegada a México. Se destila para purificarlo y obtener un producto más fuerte, dando origen al mezcal o aguardiente.
La industria siguió creciendo hasta el siglo XX, que mejora sus técnicas de producción y distribución, a partir de ahí se comienzan a hacer marcas de tequila accesibles a todo público, haciendo esta bebida a nivel nacional e internacional.
