Don David Valdez Dávila, conociendo uno de mis vicios y por su gran bonhomía, me hizo gran regalo: el libro "Memorias para la Historia de México", publicado en 1892, por el Gobierno Federal y reimpreso por el Banco de México en el 175 aniversario de nuestra Independencia y 75 aniversario de la Revolución, 30 años después de la muerte de su autor, José Ma. Bocanegra, independentista que llegara a ser presidente de México durante 7 días, derrocado en la asonada de Bustamente.
El autor narra su experiencia como colaborador a Agustín de Iturbide, tan injustamente juzgado por nuestros historiadores, haciendo ver que en respuesta al reclamo popular, trató de crear un sistema político similar al español, formó la Junta Soberana Nacional que dictara las primeras leyes, la elección de diputados y dispusiera la creación de instituciones gubernamentales; claro, siempre con la anuencia y visto bueno del presidente y con los conservadores borbónicos y líderes eclesiásticos insistiendo en que se declarase a México monarquía.
En 1822, el presupuesto nacional era de un poco más de once millones de pesos y el ejército ocupaba nueve de ellos. La ingobernabilidad por la falta de recursos era clara y los dineros debían salir de los impuestos, lo que explica la causa de su posterior caída.
El general D. Juan O'Donojú, último virrey de España en México, quien sustituyó a Don Juan Ruiz de Apodaca, escribió sobre Iturbide, en el periódico "Noticioso General", el 17 de septiembre de 1821: "luego que pisé vuestras costas, tuve el honor de dirigiros la palabra; las circunstancias de aquella época eran tan desagradables como gratas las de la actual (...) mexicanos de todas las provincias de este vasto imperio, a uno de vuestros compatriotas, digno hijo de la Patria tan hermosa, debéis la justa libertad civil que disfrutáis y será el patrimonio de vuestra posteridad (...).
Bocanegra, también asienta la orden dada por el General Vicente Guerrero al fallecimiento de O'Donojú: "El fallecimiento de E.S.D. Juan O'Donojú, vocal de la regencia del Imperio, teniente general de los ejércitos españoles, etc., etc., ha llenado de amargura mi corazón. Ninguna expresión será bastante para la animosidad en mi sentimiento por la pérdida de este profundo político que en tan corto tiempo dio a mi cara Patria las pruebas menos equívocas de predilección". Más adelante incluyó la orden de entregar una pensión vitalicia de 12,000 pesos anuales a la viuda.
También escribe sobre la respuesta dada por Iturbide a D. José Dávila, comandante del Castillo de San Juan de Ulúa, que le prometía dinero y posición social si abandonaba su postura independentista. Al rechazarlo, se ganó la enemistad de los borbones, iniciando su decadencia.
Qué diferentes políticos, ¿verdad?
Al siguiente día de la entrada de Iturbide a México, se reunió el Congreso y el Diputado por Zacatecas, Valentín Gómez Farías, en representación de otros 45 miembros, pidió se le eligiese emperador. "(...) y así recompensaremos los extraordinarios méritos y servicios del Libertador de Anáhuac, y conseguiremos, al mismo tiempo la paz, la Unión y la tranquilidad, que de otra suerte, acaso desaparecerán de nosotros para siempre". 67 diputados votaron a favor y sólo 7 en contra... ¿entonces..?
Interesante leer las razones por las que se le propuso fuera emperador.
Finalmente fue nombrado Agustín I, el 21 de julio de 1822 y le entregaron el texto de su juramento, que iniciaba con (...) juro por Dios y los Santos Evangelios que defenderé y conservaré la religión católica, apostólica y romana, sin permitir otra en el Imperio ..." Obvia la mano de la Iglesia y las borbónicas, que insistieron repartir títulos nobiliarios ente los familiares del emperador.
Después le acusarían de abandonar sus promesas, iniciando una campaña de desprestigio para su derrocamiento, apoyados en su soberbia, creada por aduladores y por intentar ejercer el poder absoluto disolviendo al Congreso y nombrando ministros de la Corte de Justicia.
Su soberbia impulsada por los iturbidistas le hizo cometer abusos de autoridad, hasta detener a diputados opositores y tratar de disolver la Cámara, además de sopesar ligeramente el permiso dado a Esteban Austin para colonizar, con 300 familias, el norte de Coahuila/Texas.
Ante la amenaza española, de reintentar dominar a México, incautó a los iberos residentes un millón de pesos para gastos de guerra, luego traicionado por Santa Anna, unido a Guadalupe Victoria y los enviados a combatirlos, generales Echavarrí, Cortázar y Lobato.
Abandonado por la derecha y enemigos republicanos, solo y sin recursos para defender a México, incrementó los impuestos ganándose mayor repudio del pueblo.
Abdica el 20 de marzo de 1823 y es escoltado a Veracruz por Nicolás Bravo, a su petición expresa, abordando la fragata inglesa "Rabolins" rumbo a Liorna.
Ni semidiós o diabólico, sólo un hombre que logró la Independencia y luego, ensoberbecido falló. ¿Verdad?
