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Alergias

Vecinos incómodos de nuestro sistema inmunitario

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Gabriel Acosta

Mientras el ser humano se desarrolla, su organismo puede predecir, casi desde el momento de nacer, qué elementos aceptará para vivir en armonía y cuáles desechará para complicar el resto de su existencia.

Alicia se detiene antes de sentarse en una banca de la plaza. Interrumpe la plática mientras la observa y examina de una manera perfecta, escrupulosa. Un escaneo general y casi robótico antes de sentarse en ella. ¿La razón? Tiene miedo a encontrarse con una hormiga. “Cuando era pequeña me picaron varias hormigas y fui a dar a la Cruz Roja; la garganta se me empezó a secar y sentía que no podía respirar. Desde entonces es inevitable no analizar cada lugar en donde me siento, prefiero comprobar que todo está bien antes de terminar de nuevo en la ambulancia”, menciona mientras la plática vuelve a su rutina.

Las alergias son reacciones exageradas de nuestro sistema inmunitario ante un agente externo, llamado 'alérgeno', que en apariencia no es dañino para la mayoría de las personas. Los síntomas de una alergia varían dependiendo de cada individuo, pueden presentarse como simples estornudos, erupciones en la piel y ojos llorosos, hasta dificultades respiratorias, vómitos y en algunos casos extremos, la muerte.

Las reacciones de nuestro organismo varían dependiendo de cada alérgeno. Las alergias se dividen, de acuerdo con la Organización Mundial de Alergia (WAO) en asma, rinitis, conjuntivitis, dermatitis, urticaria, hipersensibilidad alimentaria, hipersensibilidad a medicamentos, hipersensibilidad a picaduras de insectos y anafilaxia.

En México, las alergias más comunes son la rinitis, que provoca que el paciente siente mucha comezón en la nariz, garganta, ojos y oídos y el asma, que es la inflamación de los bronquios y vías respiratorias.

CAUSAS DE LAS ALERGIAS

Las causas de las alergias pueden deberse tanto a factores genéticos como ambientales. La predisposición genética es un factor decisivo para la aparición de alergias en un niño; en los primeros meses de vida el infante tiene contacto con alérgenos a los que seguirá expuesto el resto de su existencia y, debido a que su sistema inmunitario apenas comienza a desarrollarse, corre el riesgo de quedar sensibilizado.

Las alergias son un precio que el ser humano ha pagado en su adaptación al medio ambiente durante su proceso evolutivo. El calor, el frío o la radiación solar, por mencionar algunos, son factores ambientales que contribuyen a que el hombre contraiga reacciones alérgicas debido a la fragilidad del organismo.

También el estilo de vida y la geografía pueden convertirse en factores determinantes para el desarrollo de las alergias. En las zonas industrializadas, por ejemplo, se registran más alergopatías que en las zonas rurales. Las grandes cantidades de contaminantes como dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno o dióxido de azufre que expulsan los vehículos, las calefacciones o las fábricas industriales son perjudiciales para la salud y agravantes de patologías alérgicas como el asma.

DETECCIÓN Y ALIVIO

A pesar de que las alergias se pueden convertir en compañeros incómodos de vida, es posible identificarlas para tratarlas de forma adecuada con un especialista. El diagnóstico de una alergia es el resultado del estudio de una relación entre los síntomas observados del paciente, el alérgeno desencadenante y la participación del sistema inmunitario, mientras que también se toman en cuenta otras circunstancias como el historial familiar y la historia clínica del afectado.

Existen medicamentos que bloquean la respuesta alérgica de un organismo y también los hay para aliviar los síntomas; entre los más comunes están las inyecciones y los antihistamínicos. No obstante, es recomendable no llegar al punto del tratamiento médico y tomar precauciones en nuestra vida cotidiana para evitar el contacto con los alérgenos.

PREVENCIÓN

Cuando el alérgeno no es tan sencillo de evitar, es recomendable ser precavido para poder convivir con él sin que afecte demasiado a nuestro organismo.

Limpieza: es importante evitar ambientes muy cerrados y húmedos.

Utilizar ropa de algodón: atraen menos las micropartículas causantes de las alergias.

Utilizar secadora: al tender la ropa en espacios abiertos es posible que el polen se enganche a nuestras prendas.

Bañarse regularmente: sobre todo en épocas primaverales cuando las partículas se enganchan a nuestra piel y pelo.

Evitar la jardinería: con las plantas existe un alto riesgo de estar expuesto al polen.

Reducir el estrés: los nervios y la tensión favorecen mucho la aparición de eczemas e irritaciones.

Inmunoterapia: consiste en la administración de pequeñas dosis del alérgeno para provocar la sensibilización.

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