Además de sus sensuales imágenes, la también actriz de 'El especialista' aborda para 'Harper's Bazaar' los álgidos momentos que le tocó vivir en los últimos 15 años. (ESPECIAL)
La actriz Sharon Stone de 57 años de edad lucirá su cuerpo desnudo en las páginas de "Harper's Bazaar" en su edición de septiembre.
Considerada como "sex symbol" de los años 90, Stone decidió demostrar ausente de ropa que aún conserva el erotismo que sorprendió al mundo con el célebre cruce de piernas de la cinta de 1992 "Bajos instintos".
La nacida en Meadville, Pensilvania, en 1958 posó frente a la cámara de la edición norteamericana ataviada únicamente con unos tacones Jimmy Choo y joyas Bulgari y Tiffany & Co.
Además de sus sensuales imágenes, la también actriz de "El especialista" aborda para "Harper's Bazaar" los álgidos momentos que le tocó vivir en los últimos 15 años.
En 2001 sufrió un aneurisma que derivó en un derrame cerebral por el que permaneció nueve días hospitalizada y que le dejó como secuelas tartamudeo y problemas al andar, además de que le era imposible leer. Dos años más tarde su tercer marido Phil Bronstein solicitó la separación argumentando "incompatibilidad de caracteres". Tras el divorció Stone perdió la custodia de su hijo Roan, entonces de ocho años.
Stone se sincera ante el medio tras guardar casi absoluto silencio acerca del accidente cerebral que casi le cuenta el habla.
Revela que se sintió mal desde tres días antes de ser hospitalizada. Relata que cuando despertó tras perder el conocimiento y ser ingresada urgencias le preguntó al médico que la atendía: "'¿Estoy muriendo?'. Y él dijo: 'Tu cerebro está sangrando'".
La actriz le preguntó al médico si debía llamar a su madre, a lo que el especialista le respondió: "Tienes razón. Podrías perder pronto la capacidad del habla".
Fue diagnosticada finalmente con una rotura en la arteria vertebral. Recuperarse de las secuelas del accidente cerebrovascular le tomó dos años. Recuperó gradualmente la sensibilidad de su pierna izquierda y se tardó un año en recobrar completamente la visión.
Finalmente, reconoce la histrión a la revista que "me volví más inteligente emocionalmente".
