Cultura

Gran inicio en la dramaturgia

La lagunera Anaid Varela obtuvo el Premio Nacional de Dramaturgia Joven

El inicio. La joven lagunera Anaid Varela Varela dijo que definitivamente es un gran incentivo ganar un premio nacional, para saber que su obra es de calidad.

El inicio. La joven lagunera Anaid Varela Varela dijo que definitivamente es un gran incentivo ganar un premio nacional, para saber que su obra es de calidad.

JESSICA AYALA

Por la obra titulada "De tripas, corazón", la joven lagunera Anaid Varela Varela, recibió el pasado martes, en el Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México, el Premio Nacional de Dramaturgia Joven "Gerardo Mancebo del Castillo" 2015.

El galardón, consistente en un estímulo económico de 120 mil pesos y la promesa de publicación y escenificación de su obra, le fue concedido en una ceremonia presidida por Rodrigo Castillo, director del programa cultural Tierra Adentro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

El fallo del jurado se había dado a conocer una semana antes, sin embargo, con todo y premio en manos, la noticia aún sigue sorprendiendo a Anaid.

"La verdad muy contenta, pero sorprendida. Es un premio muy importante, como es la primera obra que escribo, no pensé que fuera yo a ganármelo, pero salió", comenta emocionada en entrevista para El Siglo de Torreón.

Anaid tiene 24 años de edad, es lagunera, pero se fue a vivir hace aproximadamente siete años a la Ciudad de México para estudiar Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma Metropolitana. No tiene estudios formales de literatura, sólo una gran pasión por las letras alimentada desde la infancia por sus padres, quienes son catedráticos de ciencias sociales en la Universidad Autónoma de Coahuila.

¿Cómo te animaste a escribir obra de teatro?

Yo, como mucha gente, siempre he escrito, pero para mí misma, sólo que nunca tuve la intención de publicar, pero a partir de que algunas personas veían mi trabajo, me empezaron a dar ganas de escribir algo más largo. Probé primero con el cuento, la novela, el ensayo y la verdad ninguno de los géneros se me estaba facilitando tanto, y así fue como decidí mejor intentar una obra de teatro y pues me salió.

¿Por qué crees que se te facilitó más la dramturgia en comparación con los otros géneros?

Es el diálogo... La historia que yo quería contar, que fue finalmente lo que se convirtió en esta obra "De tripas, corazón", era la historia de la gente que pudiera ser como invisible, o que la gente luego no quiere ver, yo quería darles a ellos voces propias, por eso me decidí a tratar de contar una historia por medio del diálogo, fue así que nació.

¿Cuál es la sinopsis de tu obra?

Es la historia de dos personajes, Nina y "El doctor", que más que amigos son cómplices en esta vida que les tocó. Por azares del destino, y a veces por lo que pudiera parecer elección propia, ellos acaban trabajando en la morgue; allí (de por sí es un trabajo difícil en los tiempos y el lugar que les tocó: la mitad del desierto, la mitad de la nada, a principios de esta década), ellos tratan de hacer lo mejor de sus días utilizando el recurso de su buen humor y una visión muy extraña, pero muy positiva de la vida.

Ellos se han creado una propia visión de lo que quiere decir estar vivo y de lo que quiere decir estar muerto, pero llega un nuevo compañero de trabajo a este lugar y les cambia toda su dinámica, los hace cuestionar toda esa visión que han conformado y de ahí nacen todos los enredos de la obra. Es una comedia.

¿De dónde surgió la idea?

En ese momento, que fue hace alrededor de cuatro años, un amigo mío estaba haciendo sus prácticas de criminología y nos contaba todas sus historias. Estaba trabajando justo ahí en La Laguna, y fue un momento bastante álgido con la violencia por el narcotráfico y todo eso, a partir de ahí me nació la idea de contar las historias que yo veía que estaban siendo mal contadas y que también confluyó mucho con algunos puntos de vista que yo tenía, no tanto de la política nacional, sino de las políticas individuales con las que uno tiene que vivir día a día.

¿Crees que tu formación académica nutrió tu obra?

Bueno eso sí es algo que me han estado diciendo bastante, que cuando uno estudia artes escénicas o literatura, vienen todos con el mismo punto de vista -la verdad no sé si sea cierto, pero es lo que me han comentado- y pues que es interesante cuando una persona que tiene otra formación llega con otros objetivos. Yo definitivamente creo que ha nutrido el tipo de historias que me interesan y la manera en que busco contarlas.

¿Cómo nació el interés por la literatura?

Pues mi casa siempre estuvo llenísima, pero llenísima de libros, desde ciencias naturales, definitivamente muchas ciencias sociales, pero también había muchísimas novelas y muchísima poesía. Entonces yo crecí ahí medio buscando qué había en la casa, tampoco era que mis papás me impusieran como: "Lee este libro", sino que me daban la oportunidad de elegir.

También en la biblioteca de la escuela, de repente uno va encontrando libros, autores, a veces como muy perdidos, porque cuando no tenemos una educación formal en literatura, se pierde uno de los clásicos, pero está bien, porque uno va encontrando su propio destino. En mi caso, yo no tuve estudios formales en literatura, pero siempre fue algo que seguí muy de cerca.

¿Tus autores y géneros favoritos?

Empecé leyendo a Mario Benedetti, y también durante muchos años estudié francés, entonces me interesó bastante Albert Camus. Cuando estaba más grande me empezó a gustar bastante Julio Cortázar, que yo podría decir que es de mis más grandes inspiraciones. También siempre estudié inglés, entonces las letras inglesas me gustaron, no estudié tanto las clásicas, ni las del siglo XX sino ya las del siglo XXI.

Un autor que me inspira bastante es David Sedaris y otro es (él sí es del siglo XX) Kurt Vonnegut. Y pues, cualquier libro que encuentre, la verdad, yo crecí mucho leyendo revistas y el periódico, que es, digamos, la fuente de inspiración más primaria para mis obras. La vida real es lo mejor. Por ahí me decía una crítica de teatro que estuvo en el jurado, que mi obra parecía una farsa, pero era la realidad.

¿Cómo fue el taller de dramaturgia de donde salió el ganador?

Sí, por eso escogí meterla a este concurso. Además de que es el Conaculta y del programa Tierra Adentro, ofrecía esta oportunidad de una asesoría con profesionales. El jurado estuvo compuesto por Edgar Chías, que es dramaturgo, Luz Emilia Aguilar, que es crítica de teatro y Mariana Hartasánchez, quien tanto es actriz, como escribe y tiene su propia compañía.

Los tres me dieron puntos de vista bastante diferentes, pero a los tres les gustó bastante mi obra por motivos diferentes. Por ejemplo, a la chica que es actriz le gustó porque se le hacía cómoda para representar, aparte que la historia conectaba en distintos niveles individuales, es decir, que bastantes personas se podrían identificar con ella a pesar de ser una situación un poco extrema.

También el dramaturgo estaba muy sorprendido de que yo no había estudiado teatro, y la crítica de teatro me dio bastantes observaciones acerca de lo que podía significar mi obra ya en el campo literario, no sólo como yo la escribí y ya, sino qué podría significar esta corriente en la dramaturgia mexicana. Después de eso entregabas una versión más elaborada del texto y ya de ahí se eligió la ganadora.

Expertos

El jurado estuvo integrado por:

⇒ Luz Emilia Aguilar, crítica de teatro.

⇒ Irma Caire, titular del Centro Cultural Helénico.

⇒ Rodrigo Castillo director del programa Tierra Adentro.

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Escrito en: Anaid Varela Varela Premio Nacional de Dramaturgia

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