La presencia de Alek Syntek, vestido de chaleco, pantalón y moño negros, con camisa gris, generó un grito unísono de alegría entre los presentes. (Notimex)
Bajo una enigmática luna azul y en una noche acariciada por la brisa, Aleks Syntek, Kalimba, Natalia Lafourcade, Armando Manzanero y Juan Pablo Manzanero convirtieron al mar en un espacio para el romance.
A ritmo de big band, la pléyade de artistas mexicanos conquistó al público asistente al concierto "Jazz en el mar. Un romance musical", celebrado en el puerto de altura de Progreso, en medio del mar.
Con luz propia, cada uno de estos cantautores e intérpretes brillaron en una noche de ensueño, en la que el jazz y el swing reinaron y parecieron marcar el ritmo de las olas, incluso en un singular compás en que se envolvió el ingenio musical y poético de Guty Cárdenas y Ricardo López Méndez.
La Big Band Mérida dejó escuchar sus primeros acordes al ritmo de It had better be tonight, incluso con la participación en la voz de su director James Meador, seguido de Sing, sing, sing.
La presencia de Aleks Syntek, vestido de chaleco, pantalón y moño negros, con camisa gris, generó un grito unísono de alegría entre los presentes, más cuando interpretó en una primera intervención Intocable, Tu recuerdo divino y el grito de Iztapalapa para el mundo, así como Corazones invencibles.
Pero fue en una segunda ronda cuando convirtió al público en un singular coro de acompañamiento, primero con A veces fui y Sexo, pudor y lágrimas para las cuales recurrió al piano, acompañado magistralmente por la trompeta.
Esta, aseguró, fue una noche mágica. “Estoy muy feliz y me pregunto: ¿Cómo andan en los yates de atrás que se dieron a la tarea de armar su reventón, flotando con el mar y la música y hacerlo más especial aún?".
En forma casi inmediata llegó Kalimba con su característica sonrisa y demostró su experiencia en la interpretación de la música de las grandes bandas, ante un público que le aplaudió y celebró su entrega y sentimiento interpretativo.
Estrellas rotas, Este frío y Nada puede herirte fue la primera de la entrega de las melodías interpretadas por Kalimba, quien agradeció la entrega de los músicos, así como la generosidad de estos "para preguntarnos qué rayos quiero cantar cuando son ellos los genios".
Una blanca guayabera de manga larga y un pantalón caqui dieron el elemento yucateco a su presentación que en una segunda ronda hizo cantar a muchos y reenamorarse a decenas de parejas que no desaprovecharon el ritmo lento pero cadencioso de Perfume de gardenias y What a wonderful world.
La magia musical de Armando Manzanero al piano hechizó a la Big Band Mérida con Nunca, de Guty Cárdenas y Ricardo López Méndez, además de Voy a apagar la luz y fuera del programa original Mía.
"Es un honor y privilegio estar aquí. Muchas gracias por estar en este mágico lugar con la señora más bella que es la luna, la luna llena", enfatizó.
"Yo vi recién terminada la Guerra Mundial que se empezaba a construir el muelle de Progreso. Era la época de la big band, es la época que me toca vivir, son los 50s y Glen Miller estaba de moda y yo fui integrante de una big band".
Con la característica sencillez que le caracteriza, Natalia subió al escenario, bella y elegante, enfundada en un vestido negro al estilo de la época del Charleston y con el aplauso del público al escuchar Nunca es suficiente, Limosna y Piensa en mí.
Juan Pablo Manzanero por su parte interpretó Mucho Corazón, Come fly with me y Amar sin condición; el público agradeció el esfuerzo desde la pasividad de sus asientos.
Para coronar la noche, Natalia Lafourcade regresó al escenario con Hasta la raíz, que hizo vibrar a un público ávido de buenas letras y mejores interpretaciones musicales; así como de "He llegado a Yucatán", melodía que por primera vez interpretó en público y sirvió de promocional a una campaña turística de Yucatán.
En medio de juego pirotécnicos, Natalia, como buena veracruzana, rindió desde Yucatán un homenaje a Agustín Lara con Aventurera, cuyos versos fueron coreados por espectadores de todas las edades.
Tras dos hora de una "aventura musical", el público empezó abandonar la terminal remota de puerto Progreso, con el deseo contenido de escuchar una última interpretación de Natalia, Kalimba, Syntek, Armando y Juan Pablo Manzanero.
