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Perros con longaniza

Jaque mate

SERGIO SARMIENTO
"La historia es la mentira encuadernada".— Jardiel Poncela

Yo no creo que en los tiempos de don Porfirio se amarrara a los perros con longaniza, pero entiendo de dónde se generó esta idea. El régimen de Porfirio Díaz fue el primero en la historia del México independiente en que el país gozó de crecimiento económico.

Las tablas históricas del economista británico Angus Maddison (OECD, Development Centre Studies, The World Economy, 2006) muestran el daño económico que la vida independiente le hizo a nuestro país en un principio. En 1820, un año antes de la consumación de la independencia, México tenía un producto interno bruto per cápita de 759 dólares (dólares internacionales Geary-Khamis 1990). Para 1870 este indicador había caído a 674 dólares (p. 520). En otras palabras, en los primeros 50 años de independencia la riqueza por persona en nuestro país descendió 11.2 por ciento. En ese mismo período el PIB per cápita de Estados Unidos subió de 1,257 a 2,445 dólares, un aumento de 94.5 por ciento (p. 465).

Porfirio Díaz tomó el poder por primera vez el 4 de noviembre de 1876. En 1910, su último año en la presidencia, el PIB per cápita mexicano alcanzaba 1,694 dólares. Esto representaba un aumento de 151.3 por ciento en 40 años. No sorprende que muchos mexicanos pensaran que la prosperidad había llegado a México con don Porfirio. En ese mismo período el PIB per cápita estadounidense creció 103 por ciento, de 2,445 a 4,964 dólares, bastante menos que el nuestro. Se estaba viviendo el primer milagro económico mexicano.

¿Cuáles fueron los factores de este rápido crecimiento? El primero fue sin duda la estabilidad política. En los primeros 50 años de historia independiente el país sufrió una rebelión tras otra. Algunos gobiernos duraban sólo unas cuantas semanas. Don Porfirio acabó con el juego de sillas musicales en Palacio Nacional.

A la estabilidad política habría que añadir la pacificación de los caminos. Díaz atacó de frente el bandidaje y dio seguridad al comercio de mercancías y al traslado de pasajeros en un país en el que el gobierno no había querido o no se había atrevido a poner orden. El aumento de la seguridad se tradujo en un incremento del comercio.

Díaz también entendió que la infraestructura de comunicaciones era crucial para construir un México más próspero. Por eso tendió vías de ferrocarril por todo el país. De hecho, el trazado ferroviario de la actualidad es casi el mismo que teníamos en los tiempos de don Porfirio.

La historia oficial nos presenta a un Porfirio Díaz completamente distinto. Lo pinta como un dictador que durante su largo mandato empobreció cruelmente a la población mexicana. Sabemos que la economía nacional creció mucho en su gobierno, pero no tenemos cifras sobre la pobreza o la desigualdad. Hay buenas razones para pensar, sin embargo, que Díaz simplemente heredó un país pobre y desigual después de un desastroso primer medio siglo de la independencia.

Quizá el peor error de don Porfirio haya sido no haberse sabido retirar a tiempo. En 1910 hasta Francisco I. Madero sentía que la presencia de Díaz era necesaria por lo que le pidió que se postulara a la presidencia y le permitiera acompañarlo como candidato a la vicepresidencia. Pero a los 79 años don Porfirio no quiso dejar el poder absoluto. Por eso no solamente rechazó la propuesta de Madero sino que lo encarceló cuando se postuló por el Partido Antirreeleccionista.

A 100 años de la muerte de don Porfirio es imposible borrar el legado de una historia oficial que constantemente ha cuestionado y manchado su legado histórico. Yo no niego los muchos defectos del oaxaqueño, pero no tengo duda de que fue un presidente que hizo crecer al país de manera vigorosa.

PAZ DE SEPULCROS

Repatriar los restos de don Porfirio, quien murió sin riqueza en Biarritz, Francia el 2 de julio de 1915, es un despropósito. Bastante tuvimos en el gobierno de Felipe Calderón con el desfile por el país de los restos de los próceres nacionales. A los muertos hay que dejarlos en la paz de sus sepulcros.

Twitter: @SergioSarmiento

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