Destaca papel de la música

El músico, director y promotor artístico mexicano Sergio Vela visitó Torreón la semana pasada, a instancias de Corresponsalía Laguna del Seminario de Cultura Mexicana, para impartir la conferencia El papel de la Música en la Cultura en el Teatro Isauro Martínez.

El Siglo de Torreón tuvo la oportunidad de platicar con el maestro sobre la música y otras cuestiones culturales.

→ ¿Cuál es el papel de la música en la cultura?

Yo creo que lo más importante es que distingamos a lo largo de la historia de la música la autonomía del arte musical, es decir, el momento en que la música se convierte en un discurso autosustentable, un discurso que se basta conceptualmente a sí mismo (...) La música ha acompañado a todas las sociedades a lo largo de toda la historia de la humanidad, pero si nos damos cuenta, cuando visitamos cualquier ruina arqueológica, nunca encontraremos un espacio equivalente a una sala de conciertos, porque las sociedades no se congregaban para escuchar música por sí misma, sino que la música siempre servía a otro propósito, tenía un carácter servil o secundario, era un acompañamiento. Entonces, solamente en Occidente, y con el triunfo de la polifonía, se desarrolla un discurso musical propio autónomo y la gente comienza a escuchar música sin siquiera saber qué significa.

Yo creo que este planteamiento conceptual nos sirve para poner en relieve todo aquello que es una música que tiene un propósito artístico, para darle en nuestro tiempo la jerarquía, la relevancia que el discurso musical debe tener, distinto al de la música comercial.

→ ¿Cómo distinguir una de la otra?

Muy frecuentemente se confunden los términos y pareciera que lo que se opone a la música de concierto o música culta o clásica, como le queramos llamar, sería la música popular, y en realidad no es así, porque la música popular tiene un origen espontáneo sustentado justamente en la tradición. Aquello que realmente es el enemigo a vencer para el desarrollo de la sensibilidad en la música no es la música popular, es la música comercial, la música que no tiene un propósito estético sino un propósito lucrativo y que se agota en el transcurso del tiempo, pasa de moda, deja de ser un bien de consumo, y es sustituido por otro fenómeno comercial. Hay ocasiones en que la música, sea de concierto o sea popular puede tener éxito comercial, eso es independiente, pero ése no es su propósito, mientras que hay música cuyo propósito es el lucro, y ésa es una música que no tiene ningún valor artístico, puede tener una determinada valía como expresión sociológica, pero no es una valía de tipo estético, mientras que la música popular sí. La música popular nutre también la música de concierto poderosísimamente, hay muchísimas obras sustentadas en viejas tradiciones populares.

→ ¿Cree que hace falta reflexión en torno a la música?

Yo creo que sí, y en general sobre las artes, porque nos encontramos muy desprotegidos por la fuerza avasalladora del comercio, de la moda; por la enorme necesidad que hay para contar con apoyos financieros para poder desarrollar una intensa vida artística, en este caso musical; porque sabemos que mucha de la tarea de la promoción de las artes ha estado en manos del sector público, y sabemos que éste tiene insuficiencias tanto presupuestales como estructurales para dar el apoyo. Entonces se necesita involucrar más a la sociedad, y la manera como se puede despertar ese interés, a mi juicio, es poniendo en relieve la importancia de estos fenómenos artísticos.

→ ¿Cuáles son los retos que usted ve para la música en específico?

Lo que yo veo con enorme preocupación es, parece una tontería pero es real, que hay una distorsión de la percepción auditiva. La utilización de los audífonos con volúmenes relativos excesivos en el oído o la música ambiental, o la música que colma el espacio en las discotecas, etcétera, deforman la percepción auditiva. (...) La gente se está volviendo sorda y no se da cuenta, el rango de aprecio de las frecuencias musicales se ha disminuido gravemente.

La música ambiental es uno de los peores enemigos a vencer, además peligroso porque nadie se da cuenta, (...) Existen regulaciones en papel pero no se ponen en práctica. Cuando como sociedad no nos damos cuenta, cuando ese tipo de regulaciones son letra muerta, creo que estamos perdiendo la capacidad de construir una sensibilidad más desarrollada. Incluso sucede que a las orquestas les cuesta más trabajo tocar en volúmenes bajos.

Hay otra cosa que me parece grave y es que la gente está cada vez más habituada a escuchar fragmentos (...) en la actualidad ya la gente no se sienta a escuchar una obra, oye 'tracks', hemos perdido también la capacidad de concentración en el discurso musical.

Lo que la gente descarga o baja son 'tracks', incluso todos los dispositivos electrónicos y programas tipo iTunes están diseñados para ese fenómeno, no para un discurso musical más amplio. Entonces yo creo que sí tenemos herramientas tecnológicas que puestas a nuestra disposición podrían ser estupendas, el problema es lo que estamos haciendo con ellas. Si estamos subiendo el volumen para perder capacidad auditiva me parece que es reprobable. Si estamos perdiendo la capacidad de concentración en un discurso musical amplio, me parece que es una mengua, no es algo que podamos celebrar.

→ ¿Cuál ha sido el papel de la crítica en la formación de una cultura musical en México?

La crítica debería tener un papel preponderante, porque la crítica como concepto implica dar un juicio objetivo sobre la obra y sobre la ejecución. Lamentablemente en México tenemos en la actualidad una crítica muy escasa, lo que hay son comentarios, opiniones, reseñas y crónicas, no tanto crítica. Me parece que es deseable, es importante formar críticos cuya opinión o preferencia es lo menos importante, lo que importa de verdad es el juicio objetivo. Cuando leemos las publicaciones que hicieran en el Siglo XIX Robert Schuman, o Héctor Berlioz, o José Antonio Alcaraz aquí, nos damos cuenta que en la actualidad hay una pobreza crítica muy grave. Quienes tienen muchas veces la pluma, ante todo transmiten sus preferencias, sus filias, sus fobias, sus gustos, sus disgustos, y eso creo que es lo menos relevante, eso está muy bien en una conversación privada, pero no en una conversación pública en la que se deben emitir juicios objetivos sobre las obras y las interpretaciones. Creo que el papel de una buena crítica es muy importante, pero necesitamos hacer una buena crítica.

→ ¿A quién le corresponde el desarrollo de las artes en el país?

Yo estoy convencido de que los gobiernos sirven a la sociedad. Entonces el sector público tiene una serie de responsabilidades, pero debemos también partir de una realidad y es que la capacidad financiera y presupuestal del sector público es insuficiente frente a todas las necesidades que hay en materia de promoción artística. Incluso en la época en que yo fui presidente del Conaculta, una de las líneas de acción más marcadas de mi gestión, fue el concepto de corresponsabilidad, es decir, no tenemos por qué perder una virtuosa tradición de instituciones públicas pero no debemos suponer como sociedad que eso basta, ni podemos tampoco renunciar a unir esfuerzos y sumar y multiplicar en vez de dividir.

En ese sentido, creo que puede haber muchísimas, la mayoría de las iniciativas culturales y artísticas, pueden ser un asunto de beneficio mutuo e involucramiento mutuo. (...) Eso me parece que es idóneo, realmente no es lo más relevante si la institución o proyecto o iniciativa cultural proviene de un sector o de otro, mientras mutuamente se apoyen.

→ ¿En qué se diferencian las iniciativas del norte con las del centro y sur del país?

El norte es una región del país con mayor capacidad de emprender proyectos, de asumir los riesgos, de no arredrarse, quizá en ciertas zonas del país hay una mayor dependencia de la sociedad a lo que el gobierno o los gobiernos puedan hacer.

Creo que en el norte hay una más clara apertura por parte de la sociedad hacia tomar las riendas y hacerse apoyar del sector público o respaldar iniciativas del sector público pero con un compromiso.