Unidos. Miles de griegos respaldaron a su gobierno mediante una protesta.
Hasta el último momento, el resultado sobre la reunión de emergencia que sostienen hoy los líderes de la Unión Europea con Grecia es de pronóstico reservado.
Así lo han querido deudores --Grecia-- y acreedores --la eurozona, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional--, al protagonizar durante semanas negociaciones donde nadie se ha movido un ápice en sus condiciones.
Mientras, el país helénico se aproxima a la fecha límite --30 de junio-- para reponer al FMI una deuda de mil 600 millones de euros y acceder a otro préstamo de 7 mil 200 millones, sin los cuales el país se encontraría en bancarrota.
La tensión en las negociaciones, que llegan a su clímax hoy en Bruselas, ha provocado que miles de griegos retiraran, sólo la semana pasada, unos 3 mil millones de euros de sus bancos.
Porque, según analistas, si las negociaciones fracasaran hoy, y Grecia abandonara la eurozona, los principales afectados serían los griegos.
"La gran perdedora sería la población griega, que sufriría la salida del euro. Para el resto de países habrá turbulencias, pero no creo que vaya más allá", señaló a REFORMA Juan Carlos Martínez Lázaro, profesor de economía del Instituto de Empresa (IE) de Madrid.
"La Unión Europea tiene vida más allá de una hipotética salida de Grecia, que no creo que suceda", agregó el experto.
Pero el europeísta y politólogo Miguel Ángel Benedicto no está tan seguro.
Para él, la salida de Grecia generaría un problema político y económico que podría conducir al replanteamiento de la propia Europa como modelo.
"Es probable que las dos partes cedan en algo y que al final haya algún tipo de acuerdo. Que Grecia salga del euro no beneficia a nadie.
"Algunos países podrían replantear la existencia misma de la moneda única y, desde luego, provocaría un daño político a las instituciones europeas", indicó el profesor de la Universidad Europea de Madrid.
Ayer, el Primer Ministro griego, Alexis Tsipras, llamó por teléfono a la Canciller alemana Ángela Merkel, al presidente galo Francois Hollande y al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para exponerles una nueva propuesta de reformas, en aras de conseguir un acuerdo.
Se cree que Atenas podría estar dispuesta a ceder en dos temas clave: Impuestos y pensiones.
En principio, Grecia aceptaría cambiar la imposición sobre algunos productos para aumentar los ingresos fiscales, como piden los acreedores.
Además, el Gobierno estaría dispuesto a abolir las jubilaciones anticipadas a partir de 2016, así como a reducir las pensiones más elevadas de algunos funcionarios.
Miles protestan
Miles de griegos se manifestaron hoy en el centro de Atenas para apoyar al Gobierno en las negociaciones con las instituciones y exigir el fin de las políticas de austeridad.
La manifestación, convocada por el partido gobernante Syriza, ha reunido a cerca de 7.000 personas, según la policía, en la céntrica plaza de Syntagma, sede del Parlamento.
Desde allí, algunos manifestantes han marchado pacíficamente hasta el patio delantero del Parlamento, situado a pocos metros, sin que la policía les impidiese el paso.
"Fin de la austeridad", "Sí a la salida de Europa", "No queremos un nuevo rescate" o "La democracia no se chantajea" fueron algunas de las pancartas que se pudieron leer.
