El astro brasileño Ronaldinho tiene doble función con los Gallos; además de aportar futbol, le pone buen humor al grupo.
Su dentadura tan famosa como imperfecta brilla intensamente... Y quienes le acompañan lo agradecen. Saben que es la señal de que la magia aparecerá.
Ronaldinho goza el entrenamiento posterior a la victoria del Querétaro sobre el Veracruz, dentro de la Liguilla. Ríe, bromea y hasta obsequia un par de "joyas" a esos futbolistas que no han perdido la capacidad de asombro.
Convivir con el genio de la enigmática sonrisa es una experiencia inolvidable para ellos, porque se trata de un astro transparente. Juega mejor cuando irradia felicidad y se le nota dichoso.
"Lo vemos bien, contento, con esa alegría que nos transmite a nosotros, a todo el club en sí", describe el delantero Emanuel Villa. "Lo está disfrutando y, si lo hace, es un bien para nosotros".
Las piernas ya no le dan para llegar a todos los balones, ni siquiera resiste la exigencia de la práctica. Se rezaga de los demás Gallos Blancos cerca del final, pero hasta en ese momento toma el esférico y realiza una de esas florituras que ya son "copyright" suyo.
"Es un futbolista fuera de serie y gran ser humano", afirma Yasser Corona, uno de sus mejores amigos. "En cualquier momento puede sacar algo que haga ganar".
El "Tito" Villa agradece la posibilidad de jugar a su lado. "¿Qué te parece? Para todos, es un lujo tenerlo", afirma el goleador. "Es un jugador muy importante y qué bueno que está con nosotros".
Querétaro aún debe finiquitar la eliminatoria en Veracruz, pero saben que ganar siete de sus más recientes ocho duelos les convierten en el genuino "gallo negro" de la fase final.
