Al final se calificó a la liguilla. Reconozco que para mí fue sorpresivo, pues desde el inicio del torneo pronostiqué que el equipo se quedaría a medio camino. La peculiaridad del torneo ayudó para que Santos lograra ingresar dentro de los ocho primeros, en una liga que no obtuvo un claro favorito o un remarcado último lugar. Todos juntitos siempre, todos apretaditos, uno atrasito del otro.
Aún sin convencer, Santos entra. Sus dos últimos juegos como local dejó un sabor amargo al aficionado. La muy sufrida victoria ante UdeG que fue recibida por el público con abucheos y la incapacidad para vencer a Puebla en la última jornada y calificar directo sembraron más dudas aún. Se tuvo que esperar al resultado de Toluca y Tigres para que pasara lo que a muchos laguneros no les gusta: deberles un favor a los regiomontanos.
Santos no puede justificar un torneo tan irregular con la pura calificación, que como bien tituló el lunes este periódico, se consiguió de panzazo y gracias a terceros. Sigue habiendo mucho que mejorar en el funcionamiento del equipo, en las formas, en los cambios, tan malos, que descomponen dramáticamente al equipo.
Sin embargo se está en liguilla y eso hay que disfrutarlo. La afición eso lo sabe y desde la noche del lunes ha abarrotado la taquilla en busca de un boleto, pues el rival en turno es el viejo conocido Tigres, con tanta historia de toda índole entre los dos.
Es cierto que la fiesta hay que disfrutarla, pero también hay que sacar el mayor provecho posible ya estando ahí. Pedro Caixinha debe ser más cauto, más analítico, más coherente en sus alineaciones, estrategia y cambios. Aquí ya no hay tiempo para mejorar, ni lugar para sus largos discursos que todo justifican.
Lo que aplaudo y admiro es la actitud de Agustín Marchesín. Con corazón se ha ganado a la tribuna y fue de los pocos que demostró coraje, orgullo y vergüenza tras la aparente eliminación de Santos cuando finalizó el juego del sábado. Si esa forma de luchar por los colores del equipo lograra transmitirse a sus demás compañeros y al área técnica, de otra cosa estaríamos hablando, pues cualquier despistado que haya visto el último partido, no hubiera imaginado que Santos se estaba jugando la calificación, sino que la actitud era de partido de la jornada 4.
Aún con todo, es momento de disfrutar la fiesta ante uno de los rivales que mayores emociones genera en el seno de la Comarca y ahora sí que todo lo que por bien venga será total ganancia para el futbol y el aficionado.
