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Zúñiga y Miranda, y AMLO; vidas casi paralelas

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

ENTRADA.- Como estos son días de recato y recogimiento, nos ubicaremos en una zona de confort publicitando lo que aparece en la enciclopedia libre y que trata de Nicolás Zúñiga y Miranda, estrafalario y curioso político que nació en Zacatecas en 1865 y murió en la ciudad de México en 1925, fue un excéntrico político mexicano conocido como "el candidato perpetuo" a la presidencia de la república en la última década del siglo XIX y la primera veintena de la centuria siguiente.

SOPA.-La figura de Nicolás Zúñiga y Miranda, adquiere interés y cierto simbolismo moral aunque no exento de gracia, debido a que, en un régimen sin verdadera democracia, se postuló como candidato independiente y quien tras sus derrotas, denunciaba fraude y se declaraba a sí mismo "presidente legítimo de México". Zúñiga y Miranda, procedía de una familia de la vieja nobleza española. Fue a la Ciudad de México a estudiar leyes y se hizo abogado y su primer salto a la fama fue en 1887, cuando aseguró haber inventado una máquina que podría predecir terremotos y - por suerte o por sabiduría - pudo predecir realmente un sismo que tuvo la capital aquel año.

Después de este éxito, predijo que el 10 de agosto del mismo año, la Ciudad de México sería destruida totalmente por las erupciones simultáneas del Cerro del Peñón y del Popocatépetl, (AMLO predijo el despeñadero de la mafia) lo que hizo que varios habitantes dejaran la capital en esa fecha.

PLATO FUERTE.- Después de tal bochorno, Zúñiga había casi desaparecido de la atención pública cuando sorpresivamente anunció nuevamente su candidatura como el "candidato de la gente" (como AMLO), para las elecciones presidenciales de 1892. El opositor de Zúñiga era el presidente Porfirio Díaz, que había gobernado el país desde 1876, siendo electo en comicios que eran una mera formalidad.

En esos comicios de 1892, Zúñiga aseguró haber sido el vencedor y para defender su victoria, denunció un fraude (como AMLO). Ante esto, fue arrestado y condenado a 25 días de confinamiento solitario (AMLO se salvó de ser preso cuando el desafuero). Sin embargo, tras salir de la prisión, Zúñiga se declaró a sí mismo "presidente legítimo" y llamó a Díaz un usurpador (igual que AMLO que se autoproclamó como el "Presidente Legítimo). En 1896, 1900, 1904 y 1910, Zúñiga participó una y otra vez en las elecciones presidenciales, cada vez con el mismo resultado: recibió sólo una pequeña cantidad de votos, seguido lo cual, denunció fraude y se declaró "presidente".

Se decía que Zúñiga realmente creía que la gente lo había elegido (como AMLO el Mesías) y con el paso del tiempo se volvió una figura popular en la Ciudad de México. A menudo era invitado a los partidos, en restaurantes y en otros acontecimientos públicos, en los cuales algún sector de la población le daba un trato como si él realmente fuera el presidente (como lo fue AMLO por parte del PRD en su momento). El gobierno de Díaz lo consideraba ser un loco que divertía a la gente, más bien que un opositor peligroso y decidió no tomar acción política ni penal alguna contra el testarudo político. Para muchos mexicanos de entonces, Zúñiga era sólo una forma de tomar con humor y un símbolo hilarante de la carencia de la democracia en el país. El eterno candidato, vestía siempre como caballero inglés, usaba un sombrero de cilindro, guantes y un monóculo y fumaba una pipa.

Después de la Revolución en 1910, después de que Francisco I. Madero llamara al levantamiento en armas contra Porfirio Díaz, Zúñiga se ofreció para mediar entre las partes en discordia. Después del derrocamiento y el asesinato de Madero por Victoriano Huerta, Zúñiga se sumó el descontento porque Huerta anuló las elecciones para el Congreso de México, puesto que él planeaba ser un candidato en esa elección.

POSTRE.- Después de varios años de Zúñiga aún continuó participando en elecciones: en 1917 contra Venustiano Carranza y en 1920 contra Álvaro Obregón. Aunque nunca consiguió más que algunos mil votos, él seguía siendo una figura popular y recordaba del hecho de que México todavía no se había convertido en una democracia completa aun después de la revolución (igual que AMLO). Finalmente Nicolás Zúñiga y Miranda, murió en la pobreza años más más tarde.

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