Porque para la iglesia Católica en Torreón la seguridad no se ha recuperado por completo, algunos templos han optado por incrementar su seguridad con la instalación de cámaras, contratación de personal, y algunas con menos recursos, optan por cerrar sus puertas durante los horarios "muertos".
Y es que ni los templos se han salvado de los ladrones y actos vandálicos. El más reciente, ocurrió el pasado martes en la iglesia de San Juan de los Lagos de la calle 26 y avenida Abasolo, en donde una pareja logró causar daños al interior en su intento por prender fuego al lugar. Los responsables lograron escapar. En años anteriores, también fue víctima de robo de alcancías y sobres de la cuota diocesana.
Ignacio Mendoza Wong, vocero de la Diócesis de Torreón, comenta que como medida preventiva, no sólo en esta capilla, sino en todas las ubicadas en la ciudad, se le ha invitado a la comunidad en general, a que sean vigilantes.
"Invitamos a la comunidad a que los templos no estén solos, para tener un poco de cuidado por parte de la propia comunidad, porque a fin de cuentas los templos son de la comunidad, los templos no son de gente rica porque yo le tengo devoción y la construyo, están hechas con el cariño y el cuidado del trabajo de los fieles, de las enchiladas, las kermeses, y de alguna forma las comunidades deben hacerse responsables de cuidarlas", dijo el también sacerdote.
Aunque no proporcionó el nombre de las iglesias que ya cuentan con cámaras de vigilancia por cuestión de seguridad, Mendoza Wong aseguró que varios templos han optado por esta medida y algunos más, han optado por contratar seguridad privada, sobre todo en aquellos donde se congrega un número considerable de fieles.
Otros de menor presupuesto, dice que han optado por cerrar sus puertas en los horarios en los que se registra una nula actividad, como a la hora de comida, en donde ni el sacristán o personal de limpieza se encuentren en el lugar.
Y es que de acuerdo con el vocero de la Diócesis, la seguridad en la ciudad no está del todo recuperada. "Es lo que nosotros hemos dicho. Es cierto que ya no hay balaceras en las calles ya no aparecen muertos colgados, pero esto nos va diciendo que la seguridad todavía no está recuperada por completo… No hay que bajar la guardia", recalcó el sacerdote.
