Tendencia. De acuerdo a datos de la industria, la importación bajó por el orden del 6 por ciento. (ARCHIVO)
La importación de vehículos usados pierde terreno en México, y tan sólo en 2014 disminuyó un 29% con relación a los números reportados en 2015.
Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) ofrecidos ayer, en 2014 se importaron 455,372 vehículos ligeros y poco más de 18 mil camiones pesados, un sector en el que también hubo una disminución del 6%, como lo señalan los números de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT). El pasado 31 de diciembre fue prorrogado por un año más el decreto que permitió la entrada de vehículos usados a México desde 2005, sin embargo, la Secretaría de Hacienda prohibió la entrada de autos más antiguos a ese año, razón que ha causado la protesta de los empresarios importadores. Durante diciembre y enero, los importadores han organizado cierres de las garitas de la frontera con Estados Unidos, en protesta por la presión que ha ejercido el gobierno en contra de ellos.
Para los representantes de la industria automotriz mexicana, esta disminución de la importación de vehículos usados alentará el mercado interno, tanto de autos usados como nuevos.
El sector automotriz en México ha crecido a pasos agigantados desde la entrada del Tratado de Libre Comercio en 1994: en los primeros ocho meses de 2014, las exportaciones de la industria generaron un ingreso de divisas de 54,511 millones de dólares, que representa 1.8 veces las exportaciones de productos petroleros, y en el transcurso de todo el año vendieron más de un millón 130 mil unidades.
Señala que la venta ideal de unidades para México debería oscilar entre 1.7 y 1.9 millones, lo que representaría la apertura de tres o cuatro plantas nuevas.
El contrapeso de las importaciones
A pesar de la disminución en las estadísticas de 2014, las unidades importadas usadas representaron el 40% de las unidades nuevas comercializadas en 2014, un factor que daña a la economía nacional y al medio ambiente, según Eduardo Solís Sánchez, presidente de la AMIA.
"Se genera una sobreoferta que hace que la renovación de autos sea más difícil. El que importa un auto usado deja de comprar un auto nacional y con ello rompe la cadena de renovación vehicular, además, la importación de autos usados de un año genera emisión de gases de efecto invernadero seis veces más que lo que mitiga la norma en autos nuevos", mencionó ayer Solís Sánchez. Información de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) señala que el 95% de las importaciones entra a través de amparos para justificar ilegalidades en las compras.
