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Canadá busca aumentar sus poderes contra yihadistas

Harper declaró que una gran maldad ha invadido nuestro mundo

Nos quieren dañar porque odian nuestra sociedad y nuestros valores: Harper. (ARCHIVO)

Nos quieren dañar porque odian nuestra sociedad y nuestros valores: Harper. (ARCHIVO)

EFE

El Gobierno canadiense presentó hoy una oleada de cambios legislativos para multiplicar los poderes del servicio secreto y la Policía y blindar a Canadá de lo que el primer ministro del país, Stephen Harper, llamó "extremismo yihadista".

El conservador Harper, que tiene previsto convocar este año elecciones generales con las encuestas apuntando a una posible victoria del opositor Partido Liberal, justificó los cambios incluidos en el proyecto de ley C-51 porque Canadá está "en guerra" con el "terrorismo yihadista".

Utilizando un lenguaje casi apocalíptico, Harper declaró durante un acto público en las cercanías de Toronto que "en los últimos años, una gran maldad ha invadido nuestro mundo. El terrorismo yihadista es uno de los enemigos más peligrosos que nuestro mundo ha encarado en la historia".

"Nos quieren dañar porque odian nuestra sociedad y nuestros valores. Odian el pluralismo, odian la tolerancia y la libertad que disfrutamos", añadió.

Las medidas anunciadas este viernes, y que tienen que ser aprobadas por el Parlamento, donde el Partido Conservador de Harper cuenta con la mayoría absoluta, abarcan un amplio abanico de reformas legales tanto de los servicios secretos como de las leyes migratorias, pasando por la libertad de información.

Una de las propuestas presentadas otorga a los servicios secretos canadienses, conocidos por las siglas CSIS en inglés, "intervenir para desbaratar complots terroristas mientras están en fase de planificación".

Hasta el momento, los CSIS, creados hace 30 años, están limitados a recoger información y analizarla para que las fuerzas de seguridad actúen en el caso de que se detecte una amenaza contra Canadá.

El proyecto de ley C-51 también reduce los requisitos necesarios para que las fuerzas de seguridad canadienses lleven a cabo arrestos si piensan que "se puede efectuar" una acción terrorista y amplía el periodo de detención preventiva de tres a siete días.

En el terreno de la libertad de expresión, el Gobierno de Harper quiere que "funcionarios gubernamentales" puedan solicitar a los tribunales del país el cierre de páginas web o la retirada de materiales "que promueven o animan actos terroristas contra canadienses en general".

Funcionarios canadienses señalaron que el proyecto de ley C-51 empezó a ser redactado inmediatamente después de que un individuo, identificado como Michael Zehaf-Bibeau, matase en octubre del año pasado a un soldado en la capital canadiense, Ottawa, antes de ser abatido en el interior del Parlamento.

Durante el ataque de Zehaf-Bibeau, realizado con un rifle diseñado en el siglo XIX, Harper, que se encontraba en el Parlamento reunido con los diputados conservadores, se escondió en un armario hasta que fue rescatado por los servicios de seguridad.

Harper se refirió hoy a ese incidente, en el que murió el cabo Nathan Cirillo, y a otro sucedido dos días antes en el que otro militar, el suboficial Patrice Vincent, murió atropellado por un individuo radicalizado, Martin Couture-Rouleau, como justificación de las nuevas medidas.

Harper dijo que "el mundo es un lugar peligroso y, como se demostró brutalmente en los ataques del pasado octubre en Ottawa y Saint-Jean-sur-Richelieu, Canadá no está inmunizado contra la amenaza de terrorismo".

Pero ni los funcionarios canadienses que explicaron el contenido del proyecto de ley a los medios de comunicación ni el propio Harper pudieron señalar cuáles de los cambios propuestos hoy habrían evitado los ataques de octubre de 2014.

Grupos dedicados a la defensa de las libertades civiles criticaron lo que han calificado como una consolidación de la capacidad del Estado para vigilar a los canadienses.

La Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica dijo en un comunicado que "esta expansión radical de los poderes de seguridad nacional no es una política responsable y representa un peligro real para los canadienses".

"Criminalizar las palabras y pensamientos de los individuos es equivocado y no hará que los canadienses estén más seguros", añadió el grupo.

Por su parte, la organización Openmedia dijo que "el Gobierno no ha podido demostrar la necesidad de una drástica expansión de los poderes de la agencia de espionaje. Sin embargo, vemos más medidas que pondrán las vidas privadas de los canadienses bajo el microscopio de agencias secretas como CSIS y CSE".

Precisamente esta semana se supo que el Centro de Seguridad de las Telecomunicaciones de Canadá (CSE, por sus siglas en inglés), tiene en marcha un programa masivo de vigilancia que controla millones de descargas que los usuarios de internet realizan cada día en todo el mundo.

El programa, conocido como Levitation, es parte de las actividades de "Five Eyes", una red de espionaje creada por EE.UU., Canadá, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia.

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