Temor. Los maestros de Acapulco han sufrido la ola de violencia que impera en Guerrero.
El secretario de Educación de Guerrero, Salvador Martínez Della Rocca, señaló que de noviembre del año pasado a la fecha han sido asesinados 21 maestros en este puerto; además, al menos ocho maestras fueron violadas y han ocurrido varias extorsiones, sobre todo en las escuelas de la periferia porteña.
En su participación en la mesa redonda denominada "Evaluación de la problemática en Guerrero: Hacia la construcción de una nueva relación social", Della Rocca Martínez reconoció que "la delincuencia organizada está en las aulas... Me están matando a los maestros", y ante esa problemática, agregó el funcionario, la opción que tiene el estado es pedir la ayuda a la federación y que sean los elementos policiacos quienes resguarden los planteles.
A la fecha, por la inseguridad hay 110 planteles de este puerto que aún no pueden regresar a clases en colonias como Emiliano Zapata, Ciudad Renacimiento, Simón Bolívar, entre otras, pero de acuerdo con el secretario de Educación, a partir de la siguiente semana, con la implementación de la estrategia de seguridad en coordinación con el Ejército, la Gendarmería, la Policía Estatal y la municipal, pretenden darles garantías a los padres de familia, alumnos y maestros.
En la mesa redonda también participó el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, quien consideró necesario implementar un programa de ayuda psicológica y psiquiátrica, dirigido a todas las víctimas directas e indirectas de la violencia en Acapulco. Dicho programa, aunque costoso de implementar, ayudaría a las personas que tienen que convivir con violencia explícita.
La gente expuesta a violencia, ya sea intrafamiliar, o que la vive de manera colateral luego de la pugna de grupos de la delincuencia organizada, tiene que recibir apoyo psicológico para que poco a poco el tejido social roto se reconstruya, consideró el exrector. La gente tiene que recuperar la confianza, dijo, en las instituciones y en la política, pero en su más alto sentido ético, no como actualmente se presenta.
"Hay un problema de seguridad en el entorno, eso se convierte en prioridad. La seguridad no es el único tema, hay que establecer que esa inseguridad tiene un origen y es el crimen organizado", señaló De la Fuente.
Añadió que en este contexto, "la salud mental es la que tiene los costos más altos, que genera la violencia colectiva en las zonas de mayor conflicto. Urge en Guerrero y en otras entidades del país un programa de atención a la salud mental en las comunidades que ha habido víctimas de la violencia. Urge en esas comunidades esclarecer redes sociales comunitarias, reconstruir la convivencia, reconstruir mecanismos de residencia, establecer contacto vecinal, actividades deportivas, actividades de cultura".
Ante alumnos de secundaria preparatoria y universidades de Guerrero, también dieron su opinión el escritor y periodista Juan Villoro; el exconsejero presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg y el investigador Sergio Zermeño. La mesa fue presidida por el secretario de Educación en el estado, quien admitió además que la violencia en las aulas también se manifiesta en la Tierra Caliente y la Montaña Baja.
