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'Te van a agarrar, te van a llevar', temen inmigrantes

Los inmigrantes que buscan asilo político en Estados Unidos enfrentan un severo problema de inseguridad

ILUSTRACIÓN/ Hessie Ortega Pérez

ILUSTRACIÓN/ Hessie Ortega Pérez

RENÉ ARELLANO

(PRIMERA PARTE)

"Prácticamente estamos en la cueva del león", "Nos mandan a la boca del lobo", "¡La quiero a ella, la de chamarra, agárrala! Cuando dicen que me agarren, yo salgo corriendo con mi familia, mi esposo, mis hijos. Mi esposo se da cuenta en ese momento él me dice: vamos a correr porque te van a agarrar, te van a llevar", relata Jimena, una madre de familia venezolana que estuvo a punto de ser secuestrada al salir del Instituto Nacional de Migración (INM) en Nuevo Laredo.

Jimena, su esposo Pablo y sus dos hijos, vivieron en carne propia lo que hasta hace unos días leían en grupos de WhatsApp o escuchaban de algunos otros inmigrantes que regresaban a Piedras Negras, tras acudir a su primera cita con un juez de migración estadounidense. "Una película de horror de la que éramos protagonistas", fue como describió Jimena lo sucedido la semana pasada.

Desde hace varias semanas, todos los inmigrantes que buscan concretar el proceso legal para obtener asilo político en Estados Unidos padecen un grave problema de seguridad y que hoy los mantiene en la zozobra. Viven con el temor de ser víctimas de secuestro, de ser desaparecidos o, de algo peor, en el caso de sus hijas e hijos.

La comunidad inmigrante de naciones como Venezuela, Honduras, Guatemala o Colombia presentan vulnerabilidad ante los riesgos de salir de sus países y en su búsqueda de llegar a la frontera con Estados Unidos. A esto se suma que son ignorados sus derechos humanos a pesar de solicitar asilo en Estados Unidos, deben permanecer en México y ninguna de las dos naciones garantizan su seguridad.

INICIA LA PESADILLA

El matrimonio conformado por los venezolanos Jimena y Pablo, relata cómo su pesadilla inició tras asistir a su primera audiencia con un juez de migración en las instalaciones de la Aduana y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) en Laredo, Texasm y al momento de llegar a la guardarraya del Puente Internacional entre Laredo y Nuevo Laredo.

Pablo relata que al concluir la audiencia con el juez de migración en Laredo, fueron trasladados a un área donde les dan de comer y unas planillas. Ahí, un oficial los toma y los lleva a la parte de migración en México para ser entregados a las autoridades.

"Tienes que caminar por el puente, en la división fronteriza entre Estados Unidos y México, allí hacen la entrega a los oficiales de migración de México. Ahí comenzó un proceso que, de verdad fue de miedo, de temor para mi familia y para mí. Ya que desde el principio que nos entregaron a los oficiales en México, fuimos fotografiados y se hacían señas entre ellos".

Dice que al llegar al INM les quitan la fórmula que les dan en Estados Unidos para otorgarles el papel de estadía en México y continuar en este país hasta que tengan el juicio. Momento en que todo se tornó muy tenso, debido al trato del personal de migración mexicano, quien les indicó que debían retirarse de inmediato de lugar.

Pablo advierte al agente que están esperando a la persona que los buscaría, recibiendo como respuesta que están en una zona restringida, porque era una área gubernamental.

"Yo le dije que no podía arriesgar a mi familia, ya que yo veía que había un grupo de personas que nos estaba mirando, que nos estaba acechando, como si fuera el lobo y la oveja, algo así. Nos querían guiar a un secuestro, no es otra forma de expresártelo, porque ellos nos decían: tienen que retirarse, tienen que retirarse, tienen que retirarse", dice Pablo.

Ante la fuerte presión del agente, la familia se pasó hacia una caseta donde había un elemento del Ejército de México para resguardarse mientras venían a buscarlos.

Durante ese tiempo, veían hombres con teléfonos que les tomaban fotos y se hacían señas entre ellos, situación que vieron apremiante, porque tuvieron que salir de corriendo del lugar para intempestivamente al automóvil de la persona que pasó por ellos.

-Siglo de Torreón (ST): ¿Cómo te sentiste en esos momentos?

Pablo: Siento desesperación e impotencia de no poder hacer nada para resguardar a mi familia. Siento que necesitaba hacer algo para salir de ese lugar, porque mi integridad física y la de mi familia corría peligro y de verdad que, creo que estamos resguardados por Dios, porque no concibo más nada cómo decírtelo, es una experiencia que hay que vivirla.

-ST: En esos momentos en la caseta, ¿volteaba a ver a sus hijos?

Pablo: Fue un momento de desesperación. Ellos no sabían si gritar, si abrazar a su mamá, me miraban a mí, yo les decía: 'agáchense, no miren', Es un desespero que no tengo explicaciones para decirte.

-ST: ¿Qué vio en sus ojos?

Pablo: Lágrimas. Desesperación, Angustia para querer salir de ese sitio de inmediato. Algo indescriptible. Tenía mucho temor por mi familia y por mí y por las personas que íbamos. Todos, padres y madres de familia

PROTOCOLO DE PROTECCIÓN AL MIGRANTE

El pasado 29 de enero de 2019, Estados Unidos implementó los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP por sus siglas en inglés) derivados de la Ley de Inmigración y Nacionalidad en el vecino país. Significó que las personas que llegaron o entraron a Estados Unidos por México, de manera ilegal o sin la documentación adecuada, son retornadas a México por el periodo que duren sus juicios migratorios.

Mientras que para finales del mes de octubre comenzó a aplicarse en la frontera entre Piedras Negras en Coahuila y la ciudad de Eagle Pass en Texas. Actualmente son tres los puntos por donde se realizan las audiencias con jueces de migración.

Héctor Menchaca González, enlace municipal de Piedras Negras con autoridades norteamericanas, detalló que los otros dos puntos son: Brownsville, para los inmigrantes que están en Miguel Alemán, Reynosa, Matamoros; y El Paso en Texas, para quienes están de Nogales para arriba.

Lo que había mantenido nerviosos a los inmigrantes se volvió realidad. La inseguridad para acudir a Nuevo Laredo hoy los obliga a dudar en continuar o no con el proceso que implica el Protocolo de Protección al Migrante.

HISTORIAS COMUNES

Las historias son múltiples... con algunas variaciones, pero las constantes son: hombres acechando, tomando fotografías y haciéndose señas entre ellos, dentro y fuera del Instituto Nacional de Migración de Nuevo Laredo y una presunta complicidad con los agentes de migración mexicana; quienes los obligan a salir del inmueble, dejándolos a merced de extraños.

Casos de secuestro, privación de la libertad, extorsión y persecuciones hacia los migrantes de diferentes nacionalidades, han estado sucediendo en Nuevo Laredo, ya sea cerca de las oficinas de migración en aquella ciudad, o en la carretera federal número 2, mejor conocida como La Ribereña.

Una situación de la cual ya tienen conocimiento las autoridades de ambos países, al menos desde enero del presente año y pese a la solicitud de ayuda en materia de protección para presentarse ante un juez de migración, prácticamente se encuentran solos.

A la fecha no hay respuesta por parte de ninguno de los consulados, quedando a merced de quienes cometen estos hechos.

En el caso del municipio de Piedras Negras, se estiman que hay 300 inmigrantes que se han acogido al MPP, quienes han empezado a acudir a sus audiencias iniciales en Laredo, pero para llegar a dicho punto tienen que realizarlo a través de Nuevo Laredo, Tamaulipas.

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