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Lerdo, a su CXXV aniversario como ciudad

Crónica Lerdense

Lerdo, panorámica retrospectiva de su majestuoso palacio municipal y la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús; al fondo el cerro de San Isidro. (CORTESÍA)

Lerdo, panorámica retrospectiva de su majestuoso palacio municipal y la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús; al fondo el cerro de San Isidro. (CORTESÍA)

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO, DURANGO)

En el cambio al siglo XX, el trabajo, desarrollo y el progreso, debido a los negocios realizados por los hombres de empresa; esto siguió en menor escala en la ciudad. Lerdo traía rezagos por los antiguos problemas que empezaron desde 1881, provocados por los enemigos políticos de nuestro terruño, como fue el conflicto llamado la cuestión del Nazas la lucha por el agua y los límites de los Estados de Durango y Coahuila. Y en 1883, cuando se instalaron las vías del Ferrocarril Central Mexicano con el proyecto de convertir a la Villa Lerdo en un polo de desarrollo económico y ferrocarrilero, el cual no se concretó, al no permitir que las vías del Ferrocarril Internacional y ni del que estaba proyectado de Mazatlán vía Durango llegarán a la estación Lerdo.

Esos elementos negativos perjudicaron completamente el ritmo de crecimiento, agregándose a esto la gran competencia que significó las nacientes estaciones del ferrocarril en el rancho Torreón, una, al instalarse el Ferrocarril Internacional Mexicano en 1888 y otra reasignándole la que se encontraba en Mieleras del Central Mexicano. Provocando con ello que, a Villa Lerdo, se le fugara el capital empresarial y comercial a reinstalarse en ese nuevo desarrollo, como lo fue La Villa del Torreón. Parecía que nuestro pueblo estaba en la mira de sus enemigos dedicados a desaparecerlo, pues una vez más en 1905 el Municipio de Lerdo sufrió un desmerecimiento poblacional y económico, a consecuencia de una desincorporación de parte del territorio del municipio lerdense para la creación la Municipalidad de Gómez Palacio.

A pesar de todo, Lerdo no se vio perdido, confiaba en sus hijos del terruño, hombres abigarrados, decididos y empeñosos con dedicación al trabajo, no se quedaron dormidos, continuaron con la esperanza de sacar a Lerdo de su marasmo, ejemplo que nos habían dejado los antepasados del siglo XIX como herencia de pertenencia e identidad. Dentro de la distinción de Lerdo como Ciudad Centenaria y europea un nuevo estilo de construcción se inicia, dándose una nueva arquitectura a principios de 1900, como fueron los cuatro majestuosos edificios de los Chalet's, el Salón Azul en 1905 y la capilla del Sr. San José.

Sin embargo, para 1909 los trabajadores de las haciendas y los obreros de clase humilde se organizaron ante las inconformidades con el estado de cosas que vivía nuestra nación, llegándose a protagonizar la revolución el 20 de noviembre de 1910; etapa donde la ciudad fue objeto de combates y vandalismo, tanto de las fuerzas revolucionarias y las tropas federales del Gobierno. Este movimiento que atravesó Lerdo, sus habitantes buscaron refugio en otros lugares de mejor tranquilidad. La Revolución hizo cambiar el sistema de gobierno en la que sustituyó las llamadas jefaturas políticas dándole fuerza al Ayuntamiento, de acuerdo con la reforma en el año de 1916. Por otro lado, el gobernador de Durango Gabriel Gavira, en 1917, pretendió a unir a Lerdo y Gómez Palacio, para formar la "Ciudad Francisco Zarco", que aún cuando estos pueblos conservarían el mismo nombre; pero pasarían al carácter de "Colonias".

Durante el tiempo de la revolución de 1910 a 1917, los negocios del comercio en Lerdo, quedaron completamente en la ruina, no se tenían productos para vender, ni a quien venderles. Las familias salieron despavoridas y asustadas, por los grandes enfrentamientos que se suscitaban en las cercanías y en el Centro de la Ciudad. Ante todo, esto, para 1920, se empieza a reactivarse la economía en el sector comercial y sus habitantes empiezan a regresar. Ciudad Lerdo vuelve a respirar y a revivir la confianza de los comerciantes y del pueblo en general. En la incipiente paz despiertan nuevas esperanzas: Como ejemplo, en 1925 se instala la Cervecería Durango, conocida como Sabinas.

En 1926, en el país sucede otro acontecimiento, como fue la guerra cristera, donde los habitantes fueron testigos de los pocos actos que tuvieron lugar y en 1927 empezó la pesadilla, que aun cuando en este lugar no se dieron los enfrentamientos de cristeros y federales de gobierno si se palpó la actividad de cerrar los templos. Mientras la iglesia no ceso, los padres bautizaban y casaban a católicos clandestinamente a escondidas en casas particulares. Para 1930 el municipio de Lerdo contaba con una población de 17,860 habitantes. Nuevamente en 1934, a Lerdo lo quieren unir con Gómez Palacio, por el gobernador Carlos Real, quien dispuso la creación del Municipio de Francisco Zarco, cabecera del mismo nombre; todos esos proyectos nunca llegaron a concretarse.

En ese tiempo la agricultura se practicaba en las haciendas y ranchos al cultivo de algodón, cereales, legumbres y frutales. La minería se encontraba al norte del municipio cerca de la Sierra del Sarnoso, en los límites con el Municipio de Mapimí. Ciudad Lerdo tenía una ventaja, pues siempre estuvo y está colocada en un lugar en que las aguas del río eran constantes corrientes, formándose un vergel con grandes arboledas y huertas que rendían su fruto exquisito de higos y uvas, con jardines llenos de flores, que atenuaron y siguen atenuando los rigores del clima Lagunero. La plaza, la plazuela y el frondoso parque Guadalupe Victoria daban una temperatura más agradable que el resto de la Comarca. En los kioscos se presentaban las orquestas y conjuntos musicales, en "matinés" o serenatas solazaba con escogido repertorio. A Lerdo, se le identifica como Vergel Lagunero, Ciudad Jardín o metrópoli del Higo.

En el movimiento cultural, se dio la literatura con el ameritado maestro Amado Illarramendi Fierro, como cronista e investigador de la historia de Lerdo y Octaviano Rivera Esquivel, literato, poeta y periodista, oriundo de Cd. Juárez, Dgo. El poeta potosino Lic. Manuel José Othón, quien se inspiró para desarrollar versos poéticos en la belleza de sus mujeres, componiendo uno de sus mejores poemas "El Idilio Salvaje". Hermila Galindo, joven maestra que luchó por la libertad feminista y Rosaura Revuelta, actriz de cine y bailarina. Demostraron sus inquietudes culturales de la música y el canto, como: Melquíades Campos Esquivel, músico, maestro y compositor; Néstor Mesta Chaires el Gitano de Lerdo, gran tenor y triunfador nacional e internacionalmente. José "Pepe Jaramillo" García, teniendo una brillante carrera como pianista y compositor.

Uno de los lerdenses más destacados en el Siglo XX, fue el piloto Aviador Francisco Sarabia Tinoco quien sobresalió en la aeronáutica civil. Se recuerdan los valores cívicos de valientes ciudadanos que defendieron la autonomía municipal en aquellos aciagos días del año de 1972, contra el pretendido proyecto de Ciudad Laguna. En el año de 1995 los cambios políticos, donde los habitantes por medio de las urnas se tornaron por la alternancia del poder, siendo presidenta por primera vez una mujer. Con todo esto la ciudad chica había cambiado su fisonomía gracias al esfuerzo de todos los lerdenses para poder obtener los avances educativos, en las escuelas primarias y secundarias, y las de estudios superiores, como el Instituto Tecnológico de Lerdo, la Escuela Normal Gral. Lázaro Cárdenas del Río" e instituciones educativas particulares, pilares fundamentales para el desarrollo cultural, académico e investigación científica.

La mancha urbana a través de la vivienda y conjuntos habitacionales de interés social y de zonas residenciales han cambiado su fisonomía, en el transcurso de los años 1980 a 2005, en la mancha urbana se han constituidos más de 90 colonias periféricas barrios y fraccionamientos. En la zona rural con 4 Villas y una ciudad y más de 50 ranchos. Por lo que los actuales habitantes de este pueblo luchador a través de nuestras autoridades, debemos reactivar el crecimiento y la economía, aprovechando todo el potencial de sus recursos naturales y humanos, mediante la aplicación de proyectos viables, para el desarrollo sustentable e integral del municipio: creando infraestructura para los polos de desarrollo en la zona urbana y rural; para la instalación de parques industriales, dándoles todas las facilidades a los inversionistas que requieran para que apliquen sus recursos y en un futuro próximo alcanzar a constituir la más grande Zona Turística en La Laguna. Una población de más de 153 mil habitantes lo requieren.

Así, al cumplirse 125 años de vida de nuestra Ciudad mártir; debemos de retomar ese sueño que en el siglo XIX tuvieron la visión nuestros antepasados de transformar el municipio hacia el progreso, llegando a convertirlo, en un gran polo de desarrollo económico; Lo hacemos, o nos seguirán diciendo ¿los dormidos de Lerdo?

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Escrito en: crónica lerdense

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