Los inconformes prendieron fuego al consulado iraní en la ciudad santa de Najaf el miércoles en la noche. El personal salió ileso y escapó del ataque por la puerta trasera. (EFE)
Irán condenó el jueves la quema de su consulado en el sur de Irak en la víspera, en medio de una radicalización de las protestas contra el gobierno de Bagdad que duran ya casi dos meses.
La violencia continuó durante la noche en el sur de Irak, donde las fuerzas de seguridad mataron a 16 manifestantes e hirieron a 90 más desde el miércoles. Los manifestantes cortaron carreteras mientras las autoridades movilizaron a un gran número de agentes y soldados en las principales provincias petroleras.
Los inconformes prendieron fuego al consulado iraní en la ciudad santa de Najaf el miércoles en la noche. El personal salió ileso y escapó del ataque por la puerta trasera.
Las protestas antigubernamentales han paralizado el país desde el 1 de octubre, cuando miles de personas salieron a la calle en Bagdad y en el sur, de mayoría chií. El movimiento, que no tiene líderes claros, acusa al ejecutivo de corrupción y critica la creciente influencia de Teherán en cuestiones de estado.
En este tiempo, al menos 350 personas fallecieron a manos de las fuerzas de seguridad, que suelen emplear munición real y gases lacrimógenos para dispersar a las masas. A veces lanzan los botes de gas directamente a los manifestantes, lo que ya derivó en varios decesos.
Teherán pidió una respuesta “responsable, firme y efectiva” del gobierno iraquí al incidente, dijo Abbas Mousavi, vocero del Ministerio de Exteriores, en declaraciones publicadas por la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.
El Ministerio de Exteriores de Irak condenó la quema de la misión diplomática iraní y dijo que fue obra de “personas ajenas a los auténticos manifestantes”, señaló un comunicado que agregó que el objetivo había sido dañar a las relaciones bilaterales entre los países.
Uno de los manifestantes murió y otros 35 resultaron heridos cuando la policía empleó fuego real para evitar que entrasen al consulado iraní. Una vez dentro, sustituyeron la bandera iraní por una de Irak, según un agente de policía que habló bajo condición de anonimato siguiendo las normas.
Tras el incidente, las autoridades impusieron un toque de queda en Najaf. Las fuerzas de seguridad custodiaban en la mañana del jueves edificios gubernamentales e instituciones religiosas. En la provincia está la sede de la autoridad religiosa chií nacional.
El ataque al consulado se produjo tras días de sentadas y cortes de vías. Los manifestantes, que impidieron el acceso a las principales carreteras y puentes con neumáticos en llamas, han atacado recientemente intereses económicos del país en el sur bloqueando puentes y accesos a campos petroleros.
Por otra parte, la embajada de Estados Unidos denunció el jueves la reciente decisión del regulador de medios iraquí de suspender nueve canales de televisión y pidió a la Comisión de Comunicaciones y Medios que revierta su decisión. En su comunicado, la legación diplomática de Washington en Bagdad condenó también los ataques y el acoso a periodistas.
En Basora, las fuerzas de seguridad se desplegaron por las principales carreteras de la ciudad para evitar que los inconformes realicen sentadas, y tenían orden de detener a quienes intentasen bloquear el tránsito.
Las calles de la ciudad estaban despejadas el jueves en la mañana. Pero las que llevaban a Umm Qasr y Khor al-Zubair, dos importantes puertos en la costa del Golfo Pérsico, permanecían cerradas, como ocurría con escuelas e instituciones públicas.
