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Lerdo CXXV Aniversario como Ciudad

De Villa: se convierte a Ciudad, a petición de una mujer

Catarino Navarro Urías, fundado de Villa Lerdo, en 1864 y Miguel Lerdo de Tejada, en su memoria lleva su nombre. (CORTESÍA)

Catarino Navarro Urías, fundado de Villa Lerdo, en 1864 y Miguel Lerdo de Tejada, en su memoria lleva su nombre. (CORTESÍA)

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO, DURANGO)

Catarino Navarro Urías, nacido en el pueblo de San Fernando, hombre que se convirtió en patriarca, que con la participación de los entusiasmados ciudadanos iniciaron los trabajos para levantar y surgir un pueblo en un oasis y en la orilla izquierda del Nilo Lagunero (Río Nazas), en terrenos al poniente de la Hacienda de San Fernando, de acuerdo con un decreto expedido por Benito Juárez el 8 de septiembre de 1864; desafiando el desierto indómito y a los peligros de los indios; El plano original de esta Villa lo elaboró el Sr. Francisco Escudero, auxiliado en esta actividad por un vecino de apellido Grez; quien con un arado de palo tirado por una yunta de bueyes se rayaron las primeras calles y se marcaron 120 manzanas.

La hacienda de San Fernando en ese entonces alcanzaba una población de casi 5 mil habitantes, equipada con construcciones urbanas de material de adobe que le daban un sorprendente rincón de ensueño: la casa grande, bodegas y caballerizas. Fue Catarino Navarro Urías y Canuto Gamboa promovieron la elevación de rango a la hacienda de San Fernando a Villa, quienes aprovecharon la estancia del Lic. Benito Juárez García en la Villa de Mapimí; es así que el Benemérito proclama el 8 de septiembre de 1864 creando la Villa Lerdo de Tejada, nombre dado en memoria de un importante reformista Miguel Lerdo de Tejada. Es así como nace el pueblo de la Villa, teniendo orígenes ideológicos liberales.

En ese sentido la edad de Oro de Villa Lerdo se inicia desde 1864 donde se desarrolla el intelecto educativo, moral y cultural de los pobladores; se organizan y nombran a las autoridades, al frente de ellas Catarino Navarro, que con mucho entusiasmo lograron a partir de 1868 a promover sus fiestas tradicionales: donde presentaban los mejores espectáculos. Muy pronto se hicieron famosas y por todos rumbos de la región y del país andaba de boca en boca ¡Vamos a La Laguna, Vamos a las fiestas de Lerdo! Había variedad de juegos y música rumbosa. Llegaban las caravanas de carretas desde muy lejos, jugadores, rumberos y comerciantes a exponer sus productos. Después de que se terminaban las fiestas, unos se regresaban y otros se quedaban a residir porque encontraban el paraíso que soñaban.

En ese tiempo la Villa contaba con el primer teatro y se estrenó la noche del 22 de enero de 1868, por el señor Luis A. Bonoris, llevando al palco escénico obras durante la temporada: Las Campas de Carrión y La Mascota, y algunas otras. Dámaso Yáñez, empresario lerdense en el año de 1873, construyó la primera Plaza de Toros en la Villa Lerdo, inaugurada con cartel de postín de esa época, el 8 de septiembre de ese año, por el Jefe Político Juan Nájera, con el objeto de celebrar el IX aniversario de la expedición del Decreto que convirtió a la Hacienda de San Fernando, en Villa.

En el transcurso del tiempo la Villa Lerdo de Tejada avanzó como la primera localidad en la región, manifestándose el desarrollo económico y la construcción de nuevas casas para el comercio y la habitación, creando así una zona urbana con edificios en varias etapas gracias a la conciencia cultural que tenían los pobladores nacionales y extranjeros que se avecindaron en la localidad: como lo demuestra la primera planta del Palacio Municipal y el edificio Ángel Hernández Luengas. La mayor parte de las casonas que se levantaron en el centro histórico de la ciudad, todas con características de estilos Ecléctico, combinado con el Neoclásico, el musulmán-árabe de la majestuosa Torre Morisca, donde está instalado el Reloj Público, símbolo de identidad de los lerdenses.

En la Villa, el comercio creció y la sociedad se desenvolvió pacíficamente participando en las tareas propias de la familia. Los comerciantes o el tendero expendían sus artículos en sus establecimientos. Ante ese progreso decretaron a la Villa Lerdo como Cabecera del Partido de Mapimí, el 11 de diciembre de 1880; el cambio político se originó de acuerdo con el movimiento comercial en esta población como centro de transacciones mercantiles de importancia; mediante las administraciones de los diferentes Jefes Políticos. La comunidad se distinguía y la capacitación de la niñez estudiosa, con la enseñanza y la cultura convirtiéndola en una sociedad seria.

Siguiendo la Villa con su trasformación se consiguió en 1883 la instalación de las vías del Ferrocarril Central Mexicano, naciendo la primera estación del Ferrocarril en la Comarca Lagunera, la cual se denominó "Lerdo", (hoy Gómez Palacio) ubicada al norte-oriente a cinco leguas de distancia del pueblo de la Villa de Lerdo. Además, en 1892 gracias al emprendimiento de los hombres de empresa se constituyó el primer transporte urbano, un remolque acondicionado con ruedas metálicas en una vía estirado por dos mulas, el cual le pusieron el nombre de "Tranvía de Mulitas"; utilizado para trasladar a los viajantes de la Villa a la estación del ferrocarril.

Con todos estos adelantos, la Villa se convirtió en un detonador para el comercio, con una definida infraestructura urbana: Locales comerciales, bancos, hoteles, diversiones, teatros. En el primer cuadro: Almacenes de abarrotes nacionales y extranjeros, armerías, máquinas para la agricultura y de coser Singer, boticas, cristalerías, curtidurías, ferreterías, estudio de fotografía, imprentas, modistas, mueblerías, papelerías, relojería, joyerías, sombrererías, tabaco y tenerías. Bancos: Nacional de Londres y México, banqueros Hernández Hnos. Fábricas: de carrocerías, calzado, hilados y tejidos, molinos de trigo, hoteles, diversiones, teatros, templos, centros educativos. Profesionistas: Abogados, dentistas, ingenieros, médicos, notarios, profesores de música y docentes, hacendados y servicio de pasajeros. Se había logrado que nuestro terruño floreciera en todos los órdenes, en lo agrícola: las grandes producciones de granos y especialmente el algodón.

La ciudadanía de aquel entonces a través de 95 años, había obtenido grandes satisfacciones de crecimiento, siendo la Villa de Lerdo un lugar donde se dio la magia y la leyenda de su historia; en ningún otro terruño lagunero se manifestó ese orgullo, como fue la idea de la elevación a Ciudad por una mujer como fue la Villalerdense Srita. Carmelita Carreón Mancillas, quien solicitara en una fiesta en su honor el día de su onomástico al Jefe Político de aquel tiempo Ramón Castro, a quien le solicitó que la Villa se convirtiera en Ciudad: Petición que comulgaba con el sentir de los habitantes.

Fue así como el Gobernador de la entidad Juan Manuel Flores el 16 de noviembre de 1894, firma el documento correspondiente donde se eleva oficialmente por medio del decreto No. 13, en su único artículo decreta: "Se erige en CIUDAD a la población de Villa Lerdo, cabecera del Partido de Mapimí, bajo el nombre de "Ciudad Lerdo". El equipamiento urbano se podría mencionar: calles empedradas, el hotel Madrid, Hotel París y el Hotel Bella Unión, Plaza de Armas, Parque Guadalupe Victoria y las alamedas al oriente de la población (El camino Real, hoy el Bulevar Miguel Alemán) así como los centros de las poblaciones vecinas. En el renglón educativo se contaba con escuelas primarias elementales, primarias superior y preparatoria. En total, 1,477 niños y jóvenes hacían cursos de primaria elemental y Superior en 8 centros educativos. Fue un pueblo cosmopolita donde radicaban familias de extranjeros en los diferentes barrios, motivo que se podrían tratar los idiomas de varias nacionalidades.

A partir de esa fecha surgió una vez más en sus habitantes el tesón de trabajar porque Lerdo siguiera siendo la No. 1 en la Comarca Lagunera, en todos los aspectos. Donde se dieron nuevas construcciones de edificios civiles y católicos construidos en la mitad de la última década del Siglo XIX, su arquitectura en este periodo resalta el Neoclásico en nuestro Palacio Municipal y combinado Neoclásico, Neobarroco y el Neogótico en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Igualmente, en el desaparecido edificio del Hospital Zarco y el hoy Mercado Donato Guerra.

En ese entonces era una bella Ciudad, a la cual le llamaban la Perla de la Laguna, con sus calles rectas y empedradas y con banquetas altas. El Cuadro urbano de la Ciudad con grandes características y similitud con la Ciudades antiguas orientales pues coinciden en el tamaño de su fundo legal antiguo, su ubicación en la parte izquierda de un río: el Nazas; su edificio religioso con su fachada mirando al oriente por donde nace el sol, y su panteón se encuentra al poniente.

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Escrito en: crónica lerdense

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