Información extraída de medios internacionales. Imagen ilustrativa.
Además de ser una festividad que se basa en dulces, disfraces y bromas, Halloween se ha convertido en el escenario de algunos asesinatos cometidos a lo largo de los años, los cuales siguen sonando entre el público debido a lo estremecedores que resultaron.
Halloween es la fecha ideal para celebrar el terror y el misterio que rodea a las tradiciones que se derivan de dicha festividad pagana, volviéndose popular con el paso de los años gracias a películas, libros, disfraces y fiestas referentes a la tradición. Sin embargo, en algunas ocasiones la realidad consigue superar a la ficción haciéndonos ver que puede ser más aterradora que una historia o una cinta de horror.
El asesinato de la pequeña Nima
El 31 de octubre de 1977 la familia Louise Carter, residentes de Lawton, Oklahoma, EU, acostaron en su cuna a su hija de 19 meses, Nima, sin imaginar el horror que vivirían durante las próximas horas.
A primeras horas del día siguiente cuando fueron a buscar a la pequeña a su cuarto, se encontraron con la sorpresa de que la bebé había desaparecido, por lo que inmediatamente iniciaron una búsqueda la cual lamentablemente no tuvo éxito.
Se sospechó que el responsable había permanecido oculto en el armario del cuarto de Nima, para poder llevársela cuando el matrimonio estuviera dormido.
Casi un mes más tarde, a tan sólo unas cuadras del domicilio de la menor, un grupo de niños se adentró a una casa abandonada, encontrando en su interior un viejo refrigerador, el cual contenía los restos de Nima.
Según el informe de la policía, la infante falleció por asfixia.
Años más tarde se encontró a una niñera de nombre Jacqueline Roubideaux como presunta culpable del asesinato, pues estaba implicada en casos similares de secuestro de infantes. La mujer fue detenida y acusada por el homicidio de Nima, sin embargo, el caso jamas se pudo esclarecer pues jamás lo admitió y ella falleció en prisión en 2005.
¿Dulce o travesura?
El matrimonio Brandland se vio sorprendido cuando la noche de Halloween de 1982, un sujeto llamó a la puerta pidiendo '¿dulce o travesura?'.
Sin embargo, cuando Marvin de 62 años y su esposa Ethel, lo atendieron éste les dijo: 'denme todo el dinero o disparo'. En un principio la pareja imaginó que les estaban gastando una broma, pero las cosas se complicaron cuando el individuo que llevaba una mascara sacó una pistola.
Tras entrar a la casa y obligarlos a que bajaran al sótano mientras les exigía que le entregaran el dinero de la caja fuerte que se encontraba en dicho sitio, Marvin aún dudaba que lo que sucedía fuera real y en varias ocasiones intentó quitarle la mascara al hombre y arrebatarle el arma, detalle que provocó que el criminal disparara contra la garganta del hombre mayor.
El responsable consiguió huir, aunque perdió la masacra cuando lo hacía, esa fue la única pista que quedó del asesinato, pues éste nunca pudo ser identificado.
'Candy Man', el padre que mató a su hijo con dulces
En la noche de Halloween de 1974 en Texas, EU, Timothy, de 8 años, salió junto con su padre Ronald Clark O’Bryan, de 40, en compañía de su hermana Elizabeth y otros niños a recolectar dulces como parte de la tradición.
Según declaraciones de los testigos, durante el recorrido el grupo de infantes se acercó a una casa con las luces apagadas, donde no consiguieron respuesta e imaginaron que los propietarios de la vivienda estaban ausentes. Sin embargo, O'Brayan decidió quedarse unos minutos más a insistir en la residencia.
Tras regresar con los niños les dijo que había conseguido barras de dulce de dicho domicilio, los cuales repartió entre el grupo.
Al regresar a su hogar, el padre de Timothy le permitió a éste comer la golosina que él mismo le había entregado anteriormente tras el paso por la desolada residencia. El niño se quejó del sabor ácido que el dulce tenía, por lo que el hombre le dio un poco de jugo para que el mal sabor pasará rápido.
Lamentablemente una hora después de comer el dulce, el pequeño falleció a causa de cianuro que contenía la barra de dulce, según determinó el forense tras practicar los estudios correspondientes.
Las investigaciones condujeron hasta el domicilio de donde supuestamente habían salido los dulces, cuyos propietarios negaron haber entregado las golosinas pues esa noche ni siquiera se encontraban en casa.
Finalmente los agentes determinaron que el culpable de la muerte del niño había sido O'Bryan, quien presuntamente asesinó al menor con la intención de cobrar pólizas de seguro que había contratado para sus hijos, por un valor de 10 mil dólares para cada uno. Siendo que al día siguiente de la muerte de su hijo, llamó a la aseguradora para cobrar el dinero por el deceso del infante.
Las autoridades que tomaron el caso descubrieron que el hombre tenía deudas que superaban los 100 mil dólares.
Pese a que el hombre, al cual se le apodó como 'candy man' (hombre de los dulces), nunca confesó ser el autor del crimen, las pruebas recayeron en su contra y fue ejecutado en marzo de 1984.
El ritual del 'hijo de Sam'
En 1981 los habitantes de un vecindario de Manhattan, EU se vieron aterrorizados por el asesinato de una pareja durante la noche de Halloween.
El matrimonio conformado por Elizabeth Platzman y Ronald Sisman, habían perdido la vida por disparos en la cabeza. Además las autoridades encontraron su casa completamente saqueada, por lo que se pensó que habían sido victimas de un asalto.
El caso cambió completamente de panorama cuando un informador penitenciario dijo que un recluso conocido como David Berkowitz, apodado como 'el hijo de Sam', le había hablado de la muerte del matrimonio antes de que ocurriera.
David pertenecía a una secta satánica y estaba cumpliendo su condena por haber asesinado a 6 personas en 1977. Presuntamente éste tenía a su disposición a gente que le servía en su culto y que realizaban los asesinatos por 'el hijo de Sam'.
Sin embargo, nunca se pudo comprobar dicha relación con el homicidio de Elizabeth y Ronald, pues hasta la fecha se desconoce quien fue el responsable directo de dicho suceso.
