Basta con echar un vistazo a su portafolio de SUVs en el mercado mexicano, señalan expertos. (ARCHIVO)
El catálogo de SUVs de Mazda es la mejor muestra de que una identidad bien definida tiene buenos frutos comerciales y fortalece la imagen de una marca hacia todo tipo de público.
Y es que es difícil pensar que en un mundo tan globalizado y conectado a una realidad tan multifacética, haya una marca de autos que represente de manera fiel la identidad de todo un país de manera exitosa.
Sin embargo, si revisamos a detalle la filosofía de Mazda, nos podemos dar cuenta que los valores de constancia, honor y lealtad que siempre han identificado a la cultura japonesa, están presentes en sus productos con una gran apreciación popular.
Basta echar un vistazo a su portafolios de SUVs en el mercado mexicano para darse cuenta que la constancia de la práctica, desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje de diseño KODO han dado como resultado la gama de vehículos familiares más identificables de la actualidad.
Sin tratarse de un simple ejercicio de reducción o ampliación del diseño de un producto, en los modelos Mazda CX-3, Mazda CX-5 y Mazda CX-9 podemos ver cómo la concepción de una serie de trazos esenciales se adapta a la personalidad de cada uno de sus clientes.
Conscientes de la alta demanda que tienen los vehículos utilitarios en la actualidad, en Mazda se han hecho a la tarea de atacar cada uno de los segmentos claves en México con productos que coinciden en un diseño limpio, interiores de calidad superior a la de su segmento y un enfoque 100% humano para que su manejo sea una labor que no solo sea sencilla sino también agradable.
MISMA IDENTIDAD, DISTINTA EJECUCIÓN
Por ejemplo, la Mazda CX-3 es una opción ideal para aquellos que desean encontrar, en una SUV, un producto de carácter juvenil con diseño excepcional en un segmento en el que público busca que el auto sea un complemento de su personalidad.
Para aquellos que buscan que la experiencia de manejo sea sinónimo de estilo, espacio y buen desempeño, Mazda ofrece, a través de la CX-5, un producto ideal que destaca en este competido segmento.
La adición del motor turbocargado que genera 188 caballos de fuerza, vuelve a este modelo en una conjunción altamente coherente de lo que se define como un "auto con carácter". Es decir, la implementación de un diseño limpio y minimalista con perfiles refinados se complementa con un manejo vigoroso y, a la vez, de consumos altamente eficientes.
La joya de la corona en la línea de utilitarios que Mazda ofrece en México es, sin lugar a dudas, la CX-9. Sus proporciones, su diseño, su equipamiento y su manejo son una de las mejores muestras de que una marca de volumen puede hacerle frente al segmento premium sin perder el piso con precios desorbitantes.
Por si fuera poco, la Mazda CX-9 ofrece una de las mejores opciones de diseño en un segmento en el que los trazos de los autos que lo conforman son considerablemente similares y altamente aburridos. En cambio, es prácticamente imposible pasar desapercibido con esta SUV de grandes dimensiones y de un perfil tan lujoso.
A LA CONQUISTA DE NUEVOS SEGMENTOS
A pesar de contar con una gama de SUVs robusta y completa en los segmentos clave del mercado mexicano, Mazda no descansa y piensa atacar nichos que serán altamente populares en un futuro.
Para muestra la futura comercialización de la Mazda CX-30, la cual se posicionará entre CX-3 y CX-5 para captar a aquellos interesados en un vehículo de aspecto musculoso sin sacrificar las virtudes de una SUV.
Este modelo promete ser un parteaguas en el segmento a través de los valores que le han servido a la marca nipona para conquistar al público mexicano: diseño, buen desempeño y un equipamiento por encima de su competencia. No podemos esperar a manejarla.
