Físicamente se ven limitados por movimientos toscos o torpes debido a un retraso motor. (ESPECIAL)
El síndrome de Asperger es uno de los denominados trastornos del espectro autista, los cuales incluyen tanto el autismo como otros trastornos con características similares.
Los derivados del autismo se pueden presentar en distintos grados y patrones diferentes; según el Brenner Children’s Hospital, por lo general se clasifican en tres secciones: autismo con bajo funcionamiento, autismo con alto funcionamiento y tendencias autistas. Las personas que padecen síndrome de asperger padecen los síntomas del asperger de alto funcionamiento.
Desde su identificación en el año de 1944 por el médico pediatra Hans Asperger aunado a estudios recientes, se ha comprobado que este síndrome afecta principalmente a los hombres, sin embargo, esto no descarta que haya mujeres que lo padezcan.
Según la Coalición para el Síndrome de Asperger de Estados Unidos, el Asperger se manifiesta de forma más tardía en comparación al autismo, ya que aunque muchos niños son diagisticados a partir de los tres años, en su mayoría se determina entre los cinco y nueve años.
El Asperger se caracteriza principalmente por un déficit en las interacciones sociales, patrones del habla y obsesiones. Les es muy difícil leer el lenguaje corporal, además no suelen tener muchas expresiones faciales.
Pueden desarrollar patrones u obsesiones, por ejemplo, la necesidad de realizar una serie de actividades antes de dormir o salir de casa. Físicamente se ven limitados por movimientos toscos o torpes debido a un retraso motor.
El diagnóstico debe ser llevado a cabo por un especialista, ya que se trata de un síndrome difícil de identificar, de hecho, comúnmente muchos niños son diagnosticados primero bajo un trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
A diferencia del Autismo, el Asperger no afecta ni retrasado en el desarrollo del lenguaje y pueden tener un buen vocabulario y gramática a temprana edad, sin embargo, suelen ser sumamente literales, por lo que se les puede dificultar entender el lenguaje en contextos sociales específicos, por ejemplo, entender sarcasmo o ironía.
La mayoría de las personas que lo padecen se logran desenvolverse en diversos aspectos de la vida, de modo que esto no es un impedimento para que el niño se pueda desarrollar en el mundo académico y social.
