Los abrevaderos en el campo siguen secos; no hay dónde acuda el ganado a beber agua.
De acuerdo al estudio realizado por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) sobre la situación del campo en Durango, existe un marcado estrés hídrico en el campo ante la falta de lluvias.
Este estudio de más de 20 hojas resume en cinco puntos la situación por la que ha atravesado el campo duranguense este año.
Señala que desde el mes de mayo ya los 39 municipios del estado reflejaban la presencia de sequía por la falta de precipitaciones.
Para el mes de junio la sequía se reflejaba solo en 35 municipios, no se contemplaban con este problema Pueblo Nuevo, Hidalgo ni Mapimí.
Para el mes de julio se contemplaban 37 municipios con sequía, solo quedaban fuera San Dimas y Pueblo Nuevo.
Para la mitad del mes de agosto nuevamente los 39 municipios presentaban sequía ante el porcentaje de lluvia que había recibido, comparado con lo que debería haber llovido a esas fechas.
En su quinto punto, el INIFAP establece que la mayor afectación se da a los cultivos de maíz, frijol y avena por la falta de lluvias de junio, julio y agosto.
Se estipula que ante la falta de precipitaciones no se pudieron establecer fechas de siembra recomendada para el ciclo primavera verano 2019 y que los cultivos que se sembraron, marcaban un estrés hídrico.
En el caso del forraje para el ganado, el INIFAP señaló que la producción de pastizales y disponibilidad de forraje para pastoreo, se limitó "severamente" ante la situación crítica, señala el estudio, de los agostaderos.
Este estudio es el que se presentó a las autoridades federales para solicitar la declaratoria de emergencia para Durango por la sequía, a pesar de que en estos últimos días se han registrado algunas lluvias, pero puntuales, no han sido generalizadas en todo el estado.
