Cultura

Talento de la danza con raíces laguneras

La bailarina Ixcel Victoria cursa su último año en la Academia de la Danza Mexicana

Sin miedo. Ixchel Victoria Rivera no titubeó para dejar su tierra y trasladarse la Ciudad de México a estudiar lo que le apasiona.

Sin miedo. Ixchel Victoria Rivera no titubeó para dejar su tierra y trasladarse la Ciudad de México a estudiar lo que le apasiona.

DANIELA RAMÍREZ

Mientras su madre deslizaba los pies y movía el cuerpo al son de una melodía, ella se iba gestando en el vientre y de manera natural hacía alianza con una disciplina que al nacer ya tenía marcada en su código genético.

Ahora Ixchel Victoria Rivera tiene 22 años y la pasión fija de querer seguir bailando. La joven lagunera comenzó siendo parte de performance que sus mismos padres organizaban, además de ofrecer funciones de danza y clases.

"A partir de eso cada que pasaban los años adquiría una relación mayor con la danza, ya que el trabajo de mis padres me conectó directamente al movimiento y a la escena", compartió.

La joven bailarina expresó que puede resultar evidente que la danza fue una cuestión de herencia familiar, sin embargo dijo, nunca fue algo que se le impusiera. "Mis padres me preguntaron si yo lo quería cuando tenía 10 años de edad. Respondí que sí y a partir de esto empecé un poco más formal con clases de danza clásica".

Los estudios en danza clásica y en jazz los comenzó hasta que ella tenía 13 años. Fue a partir de los 14 que inició en la danza contemporánea con el proyecto de Impulso Interno Escénica Contemporánea en que dijo tuvo la oportunidad de trabajar con "grandes" maestros.

"Además de adquirir una experimentación personal en mi cuerpo y movimiento que combinado con las clases, talleres y presentaciones, me dio un amplia gama de lo que conlleva la danza, que va más allá de la repetición y la forma, que me atrapó desde un principio porque de alguna manera ya lo percibía así pero a partir de entrar a este proyecto pude entenderlo mejor".

Para ese momento la Academia de Danza Mexicana se le fue colando entre sus anhelos. Aunque en un principio creyó que no tendría la posibilidad de sustentar su estancia y gastos en Ciudad de México y se quiso imponer la idea de estudiar psicología, nutrición o fisioterapia, fue gracias al esfuerzo de sus padres que le fue posible partir a realizar la audición.

NUEVOS HORIZONTES

Sobre el desierto lagunero Ixchel Victoria danzó hasta los 19 años, luego partió a la capital a seguir alimentando su sed de conocimiento en esta rama artística.

Sobre los proyectos de los que ha sido parte, la bailarina refirió que en la Ciudad de México trabajó con el proyecto de Signos Vitales Danza Contemporánea. A partir del primer año cursando la carrera, su talento se ha proyectado en obras como "El Sonido del Silencio" de Yansu Méndez, "Nina" de Stephanie García, "Destellos de Luz en la Oscuridad" de Guillermo Fabián.

"El encuentro que tuve con la Academia de la Danza Mexicana sucedió por una recomendación del maestro Luis Villanueva, que vino a La Laguna a hacer el montaje con Impulso Interno ´Voces desde el Silencio'. Él fue una parte clave para que yo llegara a esta escuela, me comentó que encajaba perfectamente con el perfil en la carrera de danza opción multidisciplinar. Esto me lleno de inquietud y curiosidad, por lo que finalmente tomé la decisión de emprender esta aventura".

Enfatizó que este sería su último año que cursa en esa institución, "será a mi parecer lo más interesante de la carrera, tendremos la experiencia de trabajar con un coreógrafo que elijamos, crearemos un proyecto propio y empezaremos a conocer más oportunidades".

Para esta joven bailarina la danza en un momento de completa calma y desesperación. "En ese instante puedes ser lo que tu cuerpo necesita, la piel se eriza tanto que puedes sentir como entra luz por tus poros. La danza es un movimiento de la energía en el espacio y en el tiempo. Es un presente para quien la mira y quien la habita".

Al preguntarle sí se puede vivir de la danza, Victoria afirma que sí, aunque sabe que existe la incertidumbre generalizada en cuanto a la duración de proyectos, becas, o contratos de compañías. Sabe que no es sencillo, pero está segura que se trata de una carrera rentable.

Para dedicarse a la danza la lagunera puntualiza que se necesita pasión, sensibilidad y paciencia. "Además de mucha confianza en uno mismo, una confianza en tu cuerpo que se crea a partir de la experiencia, del diálogo que se va construyendo con él, esto ayuda para la creación de las imágenes, poder moldear tu cuerpo y movimiento teniendo la certeza de que sabrás que hacer en cualquier situación, de riesgo y en la escena".

Aunque ya parece tener un largo camino recorrido, a Ixchel Victoria le esperan lo mejor de sus años en esta carrera que concluye este año. Lo que aprendió, dijo, lo piensa traducir en formar un grupo de danza para jóvenes en la Ciudad de México, pues para ella, "enseñar es otra manera de aprender".

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Escrito en: Ixchel Victoria Rivera

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