Alemania, España y Hungría dan la batalla en el mercado internacional, con una propuesta basada en una nueva generación de cosméticos naturales.
En la industria de la cosmética, los productos coreanos lograron tomar la delantera con el fenómeno global de la K-beauty, a través de una extensa variedad de opciones de cuidado facial, con presentaciones coloridas que capturan las miradas al instante. Pero ahora tres países dan la batalla en el mercado internacional, con una propuesta basada en una nueva generación de cosméticos naturales.
G-BEAUTY
La "german beauty" es la principal candidata para adueñarse del mercado de la belleza, con su oferta de productos desarrollados con ingredientes de origen natural y fórmulas científicamente diseñadas de demostrada efectividad, todo con un empaque elegante, que crea una clara diferencia visual con sus competidores asiáticos.
Algunas de sus marcas son mundialmente conocidas, como Nivea o Weleda, pero otras firmas crecen a pasos firmes: Royal Fern, cuyas cremas y lociones están hechas a base de plantas y son responsables con el medio ambiente; y Barbara Sturm, cuyas cremas faciales ya son recomendadas por celebridades como Hailey Baldwin, Bella Hadid y el clan Kardashian.
S-BEAUTY
Las firmas españolas han alcanzado gran crecimiento en Europa y China durante los últimos años y continuan traspasando fronteras. Su secreto es el desarrollo de fórmulas que aprovechan los beneficios de la botánica para la salud de la piel, así como tecnología de última generación, para lograr efectos notorios.
Entre las principales marcas se encuentran Twelve Beauty, que cuenta con presencia en los cinco continentes; y Sepai, con ingredientes naturales y procesos artesanales en sus líneas faciales y corporales.
H-BEAUTY
Esta tendencia proveniente de Hungría apuesta por productos que rescatan las tradiciones del país y sus ingredientes naturales, combinada con una imagen refinada que les ha permitido calar en el mercado internacional.
Dos marcas están creciendo con rapidez: Omorovicza, que elabora cremas con aguas termales de la región, para aprovechar sus propiedades curativas; y Adrienne Feller, que usa ingredientes herbales de origen húngaro e incorpora aromaterapia en sus cosméticos.
