La tensión entre ambas naciones se presenta tras un asalto a una embajada.
Las autoridades iraquíes han tratado de rebajar la tensión con Baréin, después de que anoche un grupo de manifestantes asaltara la Embajada de este país en Bagdad, furiosos por la celebración en el reino de una reunión sobre Palestina auspiciada por Estados Unidos y con la presencia de periodistas israelíes.
El presidente de Irak, Barham Saleh, mantuvo una conversación telefónica con el rey de Baréin, Hamad bin Isa al Jalifa, para ofrecer disculpas e informarle que los asaltantes habían sido detenidos.
Según un comunicado emitido por su oficina, Saleh aseguró que Irak está "comprometido" con la protección de todas las sedes diplomáticas en su territorio y que los propios iraquíes fueron "insultados" por el ataque a la legación de Baréin.
Además, aseguró que no permitirá que lo sucedido "socave los lazos de hermandad entre los dos pueblos".
Por su parte, el ministro de Interior iraquí, Yasín al Yasiri, anunció que los detenidos han sido remitidos a la justicia y se ha abierto una investigación, sin ofrecer más detalles.
También el ministro de Asuntos Exteriores iraquí telefoneó a su homólogo para condenar el ataque a la Embajada bareiní y aseguró que no afectará a las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Poco después del asalto, el Ministerio de Exteriores de Baréin llamó a consultas a su embajador en Bagdad, Salah Ali al Maliki, y responsabilizó a las autoridades iraquíes de la protección de su Embajada y Consulado en el país.
Una fuente de seguridad iraquí informó que "decenas de manifestantes furiosos" irrumpieron el jueves por la noche en la sede diplomática, en el oeste de la capital iraquí, y agregó que los manifestantes retiraron la bandera bareiní del edificio y quemaron la de Israel, al tiempo que ondearon la bandera palestina y la iraquí.
