En cuanto detectaron el tumor, ella se sometió a cirugía. (INTERNET)
Christina Giuffrida, de 19 años y quien vive en Yonkers, Nueva York, siempre había tenido problemas de salud, como fuertes dolores de cabeza o constantes infecciones en el oído.
A menudo no escuchaba bien y también padecía de alergias que hacían que sintiera la garganta seca a irritada. Sin embargo los malestares comenzaron a empeorar en abril pasado, detalla el New York Post. "Me desperté tres veces durante la noche. No podía tragar porque el dolor era tan intenso”, cuenta ella.
En el hospital, los médicos hicieron una tomografía computarizada de su cabeza y encontraron un quiste. Días después, la resonancia magnética reveló que el quiste era un tumor benigno, de unos 3 centímetros y medio, que además habría estado ahí desde nacimiento.
Los síntomas de tumores como este, incluidos los dolores de oído y dolores de cabeza, no aparecen sino hasta años después, dice su cirujano que llevó el caso, Constantinos Hadjipanayis.
Los médicos de Christina dicen que posiblemente la inflamación en garganta, causada por alergias, estaba presionando contra el tumor y causándole dolor. Dos semanas después la joven se sometió a cirugía para extirparlo, en un procedimiento que duró seis horas.
La recuperación además fue larga, pues su sensibilidad estaba más agudizada, por ejemplo, aunque la gente susurrara ella sentía que le gritaban, y no podía leer porque su visión era borrosa.
"Fue muy frustrante porque sabía que podía caminar, sabía que podía hablar. Podía hacer todas las cosas normales, pero mi cerebro se estaba reajustando, así que no me lo permitió", dice.
Ahora Giuffrida ha terminado rehabilitación y ya está de regreso en la escuela. "Mi cicatriz muestra que soy fuerte […] Me siento orgullosa. Mucha gente no tiene esa segunda oportunidad", agrega.
DA.
