(EL UNIVERSAL)
Por más bellos, dinámicos y coloridos que resulten los spots promocionales para autos nuevos y, a pesar de los contundentes argumentos que los expertos puedan vaciar en un artículo, video o tweet a favor de estrenar a la voz de ya ese bellísimo producto, en ocasiones la vida nos lleva por estrechas veredas económicas, en las cuales, por más flexibles que sean los planes de financiamiento, no es buena idea endeudarnos más.
Cuando platicamos con ciudadanos de países con una cultura de consumo más mesurada que la mexicana, se admiran de que cambiemos vehículo con tanta frecuencia. Mercados como el europeo también tienen como costumbre mantener los vehículos en uso por décadas. El promedio de edad en la Unión Europea pasó de 10.2 a 11 años de 2013 a 2016.
En el caso de México, precisamente el mes de abril 2019, fue el peor en volumen de ventas de autos nuevos al público de los últimos cinco años, con 56 mil 387 coches nuevos en manos de un consumidor.
Pero no se trata de sufrir estoicamente, sino de usar con inteligencia un presupuesto que no es interminable. Lo primero es que el vehículo se mantenga en movimiento y, tomando una estrategia de mantenimiento preventivo crítico, podemos ir programando sustituciones.
Un mecánico cercano al hogar que, además, ofrezca honestidad es el primero de nuestros aliados en esta cruzada.
El segundo escudero es un buen proveedor de autopartes, que no nos embarque en más problemas de los que buscamos resolver. Ojo: elegir partes baratas significará problemas rápidamente. El tercero de nuestros aliados es un buen plan calendarizado con un cumplimiento al pie de la letra. Adelantarnos por estrategia a las circunstancias nos permitirá trabajar en lo preventivo y caer en lo correctivo.
Es necesario no pasarnos de mezquinos o quisquillosos en esta misión, pues corremos el riesgo de terminar gastando más en mantener un auto de valor de reventa ínfimo. De lo que se trata es de mantener el presupuesto familiar contando con movilidad personal sin incurrir en gastos mayores. Un punto crítico en seguir o no manteniendo con vida un auto de uso prolongado es su integridad estructural: si presenta deformación o picaduras por óxido extensas en zonas críticas es momento de considerar llevarlo al reciclado y buscar alternativas más viables.
